LA GEOARQUEOLOGÍA, UNA CIENCIA MUY ÚTIL PERO CASI DESCONOCIDA

Recientemente se realizó un convenio entre la UBA y la Municipalidad de General Alvarado para un proyecto que propone contribuir a la formación de los estudiantes de la carrera de arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de esa casa de altos estudios. Se trata de una Escuela de Campo que busca brindar la posibilidad de hacer prácticas en terreno y tiene por objetivo que los alumnos se familiaricen con aspectos como la estratigrafía, el paisaje, su evolución y su relación con las poblaciones del pasado, abarcando un lapso temporal de miles de años. El partido de General Alvarado es fundamental para esta propuesta ya que cuenta con una gran diversidad de ambientes de ocupación humana, además de una larga tradición de estudios científicos que incluyen los realizados por los hermanos Ameghino. Esta tarea está definida como Geoarqueología y es una disciplina compleja ya que la formación de los sedimentos es de difícil interpretación. Esta disciplina interdisciplinaria combina la arqueología con la geología para estudiar cómo los procesos geológicos han afectado y moldeado los sitios y sus contextos arqueológicos. La modificación de contextos arqueológicos se refiere a los cambios que ocurren en el entorno y contexto en donde se encuentran los restos arqueológicos después de su deposición original. Estos cambios pueden ser tanto naturales como humanos y afectan la integridad y la interpretación de los hallazgos. Algunos ejemplos de modificaciones contextuales incluyen: Procesos post-depositacionales: Movimientos de sedimentos, erosión, y actividad biológica que pueden alterar la posición y condición de los artefactos. Intervención humana: Excavaciones previas, construcción, y otras actividades humanas que pueden desplazar o dañar los restos arqueológicos. Factores ambientales: Clima, vegetación, y geomorfología que influyen en la preservación y distribución de los artefactos. Estos procesos son fundamentales para entender cómo se formaron los sitios arqueológicos y para interpretar correctamente los datos obtenidos Esta combinación permite a los arqueólogos comprender mejor el entorno natural en el que se encuentran los hallazgos y las interacciones entre los seres humanos y su medio ambiente a lo largo del tiempo. Otras áreas clave de la Geoarqueología incluyen: • Análisis de suelos y sedimentos: Estudiar las capas de suelo para entender la formación de sitios arqueológicos y la preservación de materiales. • Paleogeografía: Reconstruir antiguos paisajes y comprender cómo han cambiado con el tiempo debido a procesos naturales como la erosión y la sedimentación. • Estudios de cuencas y ríos: Investigar cómo los ríos y otros cuerpos de agua han influido en la ubicación y preservación de sitios arqueológicos. • Geoquímica: Analizar la composición química de materiales arqueológicos y del suelo para obtener información sobre antiguas prácticas humanas y cambios ambientales. • Técnicas de datación: Utilizar métodos geocronológicos para determinar la edad de los sedimentos y artefactos, como la datación por radiocarbono y la termoluminiscencia. La Geocronología es la aplicación de técnicas de datación para determinar la edad de los materiales y eventos geológicos en contextos arqueológicos. Esto es crucial para establecer una cronología precisa de los sitios y artefactos, y para entender mejor la historia de las interacciones humanas con su entorno. A contibuación se describen algunos métodos comunes de geocronología usados en arqueología: • Datación por radiocarbono: Este método se utiliza para datar materiales orgánicos, como madera, carbón, huesos y conchas. Funciona midiendo el decaimiento del isótopo radiactivo carbono-14. Es útil para datar hasta unos 50,000 años. • Datación por luminiscencia: Se usa para datar cerámicas, sedimentos y otras sustancias minerales expuestas al calor o a la luz. La termoluminiscencia y la luminiscencia ópticamente estimulada (OSL) miden la cantidad de luz emitida por los minerales. • Datación por potasio-argón: Utilizada principalmente en contextos geológicos, se emplea para datar rocas volcánicas y minerales asociados. Es útil para datar materiales de hasta millones de años de antigüedad. • Datación por uranio-torio: Este método se usa para datar minerales de carbonato, como depósitos de mierales en cuevas y corales. Funciona midiendo las proporciones de uranio y torio en una muestra. • Huellas de fisión: Se basa en contar las huellas dejadas por la fisión espontánea del uranio-238 en minerales como el vidrio volcánico y el circón. Es útil para datar rocas y eventos de hasta varios miles de millones de años. • Dendrocronología: El estudio de los anillos de crecimiento en los árboles, que permite datar eventos y cambios ambientales con gran precisión. Cada uno de estos métodos tiene sus propias aplicaciones y limitaciones, y a menudo se utilizan en conjunto para obtener una comprensión más completa y precisa de la cronología de un sitio arqueológico y nos muestra que se necesitan varias especialidades científicas para llegar a conclusiones en los trabajos científicos y nuestra región está entre los sitios de referencia para los mismos. Por: Museólogo Daniel Boh - Museo Punta Hermengo museomiramar@fundacionazara.org.ar

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