DE MECHONGUÉ A MAR DEL PLATA VOY CONTENTO EN ALPARGATAS
Hace unos días se llevó adelante en la ciudad de Mar del Plata el XXXII Congreso de Historia Regional, organizado por el Gabinete Marplatense de Estudios Históricos cuyo nombre en esta ocasión fue Ricardo Natalio Marengo, en homenaje a quien fuera miembro de ese gabinete, así como también del comité organizador de los encuentros que se denominan "Momentos históricos". A lo largo de las diversas jornadas se presentaron trabajos de investigadores del sudeste bonaerense que permitieron recuperar la presencialidad que había quedado suspendida desde 2020. Allí, cuando recién habíamos aprendido a manejar el Zoom y teníamos dominio rudimentario, nos atrevimos a hacerlo de modo virtual reuniendo en ese momento treinta y nueve ponencias y más de mil visualizaciones en vivo a través de Youtube. Nada mal para un congreso que siempre se había desarrollado presencial.
Las diversas ocupaciones de los miembros que integramos el organismo, iban haciendo complejo el hecho de recuperar las jornadas, ya que esto implica: reservar el salón, el armado, resolver la parte técnica (proyector, pantalla, sonido), la grilla de expositores, etc. Sin embargo, la voluntad pudo más y la decisión de recobrar un espacio cultural necesario para dar voz y preservar a las historias de nuestra región se impuso.
Pero antes de avanzar y como estamos hablando de historia, pues, recurramos a ella para ponernos en contexto.
"Que veinte años no es nada"... y entonces ¿cincuenta?
Hace poco más de cincuenta años, un grupo de investigadores integrado por Roberto del Valle, Felix de Ayesa, Roberto Cova, Roberto Barili y Enrique David Borthiry; tomando como antecedente la cátedra de Estudios Históricos que funcionaba desde 1964, decidieron agruparse y crear el Gabinete Marplatense de Estudios Históricos Regionales, tomando como fecha de constitución el 25 de mayo del año 1974. Entre los objetivos del organismo se encontraban realizar charlas, conferencias, encuentros que permitieran dar a conocer historias, parajes, personajes, estancias de la región. Luego vendrían los congresos de historia que se han desarrollado por más de treinta y dos años y que reúne más de trescientos trabajos que se hallan a resguardo en la Biblioteca Ratery. Desde allí hasta hoy el organismo no ha cesado de construir patrimonio a través de la recuperación de la memoria.
Presente venturoso
Este mes de septiembre pasado se dieron cita en la sede del Centro Vasco Denat Bat, de la ciudad de Mar del Plata, una veintena de investigadores y público en general que asistieron a las presentaciones de las ponencias de las más variadas temáticas.
Un hecho alentador es que se presentó el Grupo de Investigación de Historia Oral, que pertenece al Instituto Jesús Obrero quien aportó la cuota de frescura a través de dos interesantes trabajos: Havanna, el alfajor más querido y Kimberley y el mundial de 1978, que rescata la anécdota en que Francia debió jugar con la casaca del mencionado club por un equívoco de comunicación de la organización ya que ambos equipos habían quedado con similares colores, de modo que el club marplatense pudo subsanar el entuerto brindando sus propias camisetas al seleccionado galo.
Próximo destino: Estación Mechongué
Desde mi primera intervención en el congreso en el año 2008 con el trabajo "Emilio Garbiso y la Bienvenida" que luego en 2011 se convertiría en el libro Gigantes de la llanura, que en 2014 fuera elegido por la Asociación Argentina de Carruajes para representar a nuestro país en el VI Simposio de Carruajes de Atlanta (EE.UU), he tenido la fortuna de exponer varios trabajos referentes a la temática histórica de General Alvarado.
En esta oportunidad elegí un objeto del Museo y Biblioteca Municipal y Popular de Mechongué que se aloja en la otrora estación de ferrocarril y que ha tenido muchísima vinculación y en muchos casos la mantiene aún con nuestro campo. El título del trabajo fue Los objetos del museo como herramienta complementaria de la pedagogía. Museo de Mechongué y las Alpargatas Rueda dado que a través de ellas, utilizando preguntas como disparadores podemos no solo abordar la historia social y económica reciente (la fábrica fue creada en 1883 por el vasco Pedro Etchegaray(h) quien asociado al escocés Robert Fraser comienzan la producción del calzado que se destacaba por su comodidad y por su precio accesible), sino que podemos abordar cómo los museos son herramientas de educación no formal. En el mismo sentido podría pensarse el objeto para remitirnos a otro museo que custodia parte de la colección Molina Campos y es el Museo Las Lilas de San Antonio de Areco. Y allí la posibilidad de abordar la historia del arte de nuestro país ya que fue a través de las ilustraciones que Florencio Molina Campos realizó de los conocidos calendarios que se volvió masivo el personaje de Tiléforo Areco que representa de modo inequívoco escenas costumbristas del campo argentino.
Hagamos de la experiencia de visitar un museo la posibilidad de valernos de los objetos que allí se encuentran para apalancarnos en ellos y redescubrir nuestra historia reciente, los procesos migratorios, la economía, el arte y por qué no alguna que otra costumbre familiar como correr al díscolo de la familia con la Alpargata del 12 para aleccionar y corregir su conducta equivocada o como diría la calle: "agarrarlo a alpargatazos". Pero en este noble foro no somos belicosos ni partidarios de resolver las cosas a los golpes, mas sí de visitar museos y redescubrirlos y reconocer nuestras historias personales y familiares en ellos. Visitar un museo puede ser un excelente plan para compartir y aprender de nuestro pasado reciente y si es un museo de General Alvarado vale doble.
Mariana Suárez Boh, escritora y editora nacida en Mechongué.
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