CONOZCAMOS AL DT. ENRIQUE. PARTE 22

Al llegar, bajaron del micro, pasaron a los vestuarios y salieron al predio. El césped estaba en óptimas condiciones. Mientras caminaba observando las condiciones del lugar, ve que Diego toma una pelota, empieza patearla sin dejar que toque el suelo y se fue con ella hasta la mitad de la cancha. Enrique dejo todo y se quedó mirando, con cara de asombro, los malabarismos que hacía Diego con la pelota. Se le acerca el Vasco y le dice: “Miramar, cambiá esa cara, che ¿te asombrás de lo que hace Diego? No te preocupes, esto no es nada comparado con lo que hace en los partidos. Esto lo hace en los entrenamientos, los empieza así divirtiéndose un rato con la pelota para entrar en calor. Es un fenómeno y te vas a tener que acostumbrar porque lo hace todo el tiempo, para colmo, el hijo de puta, ni los botines se abrocha.” Lo palmea, se ríe y sigue caminando. Enrique, sigue sin poder creer la habilidad de este “monstruo” con la pelota de futbol. Ve que la pelota sube y baja sin tocar el piso, rebota en todas las partes de su cuerpo, siempre dirigiendo el futbol hacia el lugar indicado, un verdadero espectáculo. Después de un rato, cuando Diego detiene su malabarismo con la pelota, se va caminando a reunirse con el Vasco y demás compañeros. Empezaron el precalentamiento con movimientos suaves, siguieron con carreras de esfuerzo, con ejercicios de velocidad y con levantamiento de pesos. Terminados todos los ejercicios, recibieron la primera charla de DT Bilardo, quien les agradeció a todos por concurrir a la convocatoria y por estar defendiendo esta “hermosa camiseta”. Cuando dio por terminada la charla, se dirigieron al vestuario, se cambiaron y subieron al micro para volver al Hotel. Ya en sus habitaciones, se bañaron, se vistieron con la ropa de la Selección que les habían dejado sobre la cama y bajaron a reunirse con todos para el almuerzo. Las comidas eran abundante y realmente exquisitas. Cuando terminaron, Enrique se dirigió a la cocina para conocer y saludar al personal, además agradecer por tan rico almuerzo. Después, se dirigió a la sala de esparcimiento donde habían ido todos los muchachos. Allí se jugaba a las cartas, al pool o simplemente podías ver TV. Al entrar, el vasco lo llama: “Che, Miramar, ¿jugás al pool?” “Si, ¿por qué?” le responde Enrique. “Porque estos dos giles nos quieren ganar una partida.” dice riendo. “Dale, Vasco, vamos a ganarle” le dice Enrique, pensando que más tarde se iría a dormir la siesta y prepararse para volver al predio por la práctica de la tarde. En ese momento, entra el Doctor Bilardo a la sala de juegos, los llama a Cani y a Enrique y le dice que lo sigan. “Perdón, Vasco, me llama el doctor, será para la próxima.” “Andá tranquilo, Miramar, que yo los atiendo solo a estos dos perejiles” se ríen y se va con Bilardo y el Cani al salón continuo, donde los esperaba Pachamé. Se sientan todos mirando a una pantalla y el Doctor les dice: “Muchachos los hice venir para comentarles algunos aspectos del juego que quiero que desarrollen, conozcan y ejecuten. Mientras les voy comentando, les voy mostrando un video en la pantalla, así le ejemplifico lo que pretendo de ustedes en la cancha y como en un rato vamos a hacer una práctica de futbol, trataremos de llevar adelante los movimientos y las jugadas que vemos aquí.” Estuvieron como una hora y media, cuando salieron se miraron los dos y se empezaron a reír. Les había hablado durante todo el tiempo, casi sin parar, mostrando un montón de videos para pedirles algo muy concreto, que no se queden pegados a la raya y que hagan diagonales buscando las descargas de Diego. Cani le dice: “Como habla el Doctor, me mato con todo lo que dijo”. Enrique le contesta: “Como que me había olvidado de lo que hablaba el Doctor, pero, bueno, siempre fue así. Tendremos que hacer las cosas que nos mostró, pero la verdad, por suerte, son muchas de las cosas que hago en los partidos”. “Si, claro, las diagonales y picar al vacio -responde Cani- son nuestras cualidades y las tenemos que ejecutar siempre”. Y así, siguieron charlando hasta llegar al salón de juegos, donde ya no quedaba nadie. Se saludaron y se fueron a dormir la siesta. A las 17hs, todos estaban entrando al micro para dirigirse al predio de entrenamiento. Iban a practicar futbol, con el Doctor Bilardo de referí y dando indicaciones a todos. Formó 2 equipos para jugar un partido que duró 2 horas. Se jugó a un gran ritmo, con algunas interrupciones para recibir indicaciones, pero desplegaron un juego divertido que le gusto a todos. El ambiente era muy bueno y quedó demostrado durante la práctica. Terminado el entrenamiento, volvieron al Hotel, para bañarse, cenar, luego pasaron por la sala de entretenimientos y se fueron a descansar, cada cual a su habitación. Antes de dormir, Enrique, le cuenta al Vasco la charla de la tarde con Bilardo, lo larga que había sido y como le hacía hincapié en cada jugada. El Vasco lo escucho y cuando Enrique termino le dice: “Te voy a contar una anécdota que tengo con Bilardo, resulta que teníamos 2 días libres y con mi familia decidimos ir a Chascomús a pescar. Íbamos con mi señora y los 2 pibes en el auto y al llegar al peaje de Hudson vemos que se nos acerca un auto y el conductor me hace señas que me detenga. Era Bilardo. Me detuve a un costado y él atrás de mi auto, bajamos y me lleva a un costado, toma un pedazo de ladrillo y sobre el asfalto entra a dibujar unas jugadas que quería que haga en la defensa nuestra, si estaba de acuerdo era jugador de la lista. Por supuesto que estuve de acuerdo, pero estos dibujitos y la charla duro casi una hora y mi familia seguía arriba del auto, así que le dije: “Perdón, Doctor, esta mi familia esperando, ¿podemos seguir la charla en otro momento, por favor?”. Me miro, luego miro el auto y me dijo: “¿Entendiste Vasco? - asentí con la cabeza – Bueno, si entendiste, anda tranquilo que la seguimos en otro momento”. Se subió al auto y se fue para la Capital. No sabes lo que me dijeron mi esposa y mis hijos, por el tiempo perdido, pero le explique todo y pudimos seguir a Chascomús. Mira si conozco las charlas del Doctor”. “¿Una hora en el peaje? Que locura, por suerte al Cani y a mí, nos tocó en el salón”. Se rieron y se acostaron para descansar. Así fueron los 3 días que siguieron en Argentina, hasta que llegó el viernes, día en que viajaron a Escocia para comenzar la gira. Eran tres los partidos que se habían concretado para que el Doctor Bilardo pueda sacar las mejores conclusiones y definir los 23 jugadores que irían a disputar el Campeonato Mundial en Italia. La gira empezaba en Glasgow - Escocia, seguía en Barcelona - España contra la Selección de Cataluña y finalizaba en Tel Aviv – Israel contra el Seleccionado local, porque este partido era el último e iba como cábala para el Cuerpo Técnico, ya que antes de salir Campeones del mundo en México 86, el último partido que jugaron como preparación para ese campeonato había sido contra la Selección de Israel en Tel Aviv. La Selección Argentina venia teniendo un juego que no convencía a los hinchas. Llevaba nueve partidos sin lograr un triunfo, todas eran derrotas o empates, la capacidad goleadora era muy floja ya que en los últimos seis juegos no había convertido ninguno gol. Decía, el periodismo, que, si no convertía un gol, antes de los seis minutos del próximo partido sería un récord de tiempo en que una Selección llevaba sin hacer un gol. Pero, además, llevaba solo dos goles convertidos en los últimos nueve partidos jugados. Con esta gira, el Cuerpo Técnico y los jugadores querían revertir esos números porque se venía el mundial muy pronto. Cuando llegaron a Escocia, el frío primaveral se hizo sentir, se dirigieron a un Hotel en el centro de Glasgow donde habían hecho la reserva para pasar los días antes de jugar el partido. Cuando se ubicaron en sus habitaciones, solo algunos muchachos salieron a caminar por el centro de la ciudad para estirar las piernas, pero como oscureció rápidamente, no tardaron mucho tiempo en volver al Hotel. La mañana siguiente amaneció con mal tiempo, con algunas lloviznas, entonces todos hicieron movimientos en el gimnasio del hotel. Después del almuerzo, se fueron a descansar y al levantarse se encontraron con que había salido el sol y el día estaba muy cálido. Vestidos con la ropa deportiva, se subieron al micro para ir al Estadio a hacer el reconocimiento del césped y tener una práctica liviana, ya que al día siguiente sería el partido contra la Selección local. Llego el día del encuentro, se levantaron a desayunar, mientras algunos iban al gimnasio, otros charlaban en sus habitaciones. Almorzaron liviano y se prepararon para la hora del partido. Bilardo dio la charla para anunciar como formaría el equipo y se dispusieron a ir al micro que los llevaba al estadio. Dos horas antes del partido, la Selección Argentina llegó al vestuario. Tranquilos los jugadores fueron ubicándose en sus lugares y comenzaron a cambiarse. El Cuerpo Técnico seguía con atención lo que ocurría mientras se cambiaban. El equipo era el que venía jugando los últimos partidos. Enrique se quedaba en la banca porque la delantera iba a ser con Diego y el Cani. Todos los muchachos salieron a recorrer la cancha para sentir el ambiente de la gente. Continuara.... Por: Juan Bermúdez - enjuber@hotmail.com

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