LOS BUENOS Y LOS MALOS, IZQUIERDA Y DERECHA, O AL REVÉS…..
Tanto los términos izquierda como derecha , tienen su origen histórico allá lejos y hace tiempo….Fue durante la votación en el seno de la Asamblea Nacional Constituyente, nacida de la Revolución Francesa, en la que se discutía la propuesta de un artículo de la nueva Constitución en la que se establecía el veto absoluto del rey a las leyes aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Los diputados a favor de la propuesta, que suponía el mantenimiento d del poder absoluto del monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra, y defendían que el rey solo tuviera derecho a un veto suspensivo y limitado en el tiempo poniendo por tanto la soberanía popular por encima de la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente. Así, a partir de un debate particular, nacido al calor de los acontecimientos que rodearon a aquella revolución, se les dio a ambos términos una carga valorativa que escaparía a aquel hecho y terminaría por definir, a perpetuidad, a los regímenes políticos. Pareciera ser una exageración, pero no lo es.
Hace algunas pocas décadas, las cuestiones vinculadas al debate Derecha/Izquierda parecían estar entrando en una suerte de estado de neutralidad. A través de la historia de los siglos XIX y XX pudimos ver como ese debate se transformaba en lo que se consideraría como el debate político por excelencia. Prácticamente nada quedó afuera de esa discusión: la economía, el sistema político, la sociedad, y cada uno de los “subsistemas” que dependían de aquellos, quedaron dentro de esa discusión: si se estaba dentro de la Derecha, se era, necesariamente (y así lo acentuaban los detractores) jerárquico (en otras palabras, oligárquico), nacionalista y católico (por caso, en nuestro país así se componía ese modelo de individuo: en otras latitudes podía cambiar la religión, pero la componente era básicamente el misma). De igual modo, si se estaba dentro de la Izquierda, se promovían las ideas de igualdad, el socialismo y el internacionalismo, y por supuesto, el secularismo. Por supuesto, estos tipos ideales, al estilo weberiano, estaban lejos de cumplirse a rajatabla y podíamos ver modelos difusos y hasta exóticos. Y con el devenir del tiempo, se fueron dando formas híbridas que escaparon a la lógica de uno u otro modelo: países que, pese a enfilarse en las líneas de la izquierda poseían mecanismos jerárquicos asimilables a la derecha. Y a su vez, países en los que pese a la fuerte inclinación a la derecha se promovía un fuerte componente internacionalista en términos económicos.
De a poco, este debate quedó entrelazado con el debate planteado por el enfrentamiento entre el Socialismo y el Capitalismo, quedando de a poco sugestivamente identificados. ¿Es asimilable un elemento al otro? La pregunta no parece tener una respuesta tajante.
Hacia finales de la década de los ´80s, la cuestión fue tomando otros visos. El debate parecía haberse zanjado finalmente, tras la aparente derrota del Comunismo, la caída de la Unión Soviética y la aparente emergencia de una unipolaridad en torno a los Estados Unidos. Sin embargo, lo que siguió no fue un camino univoco, sino que se hizo evidente que la complejidad de aquel debate había quedado, cuanto menos, acallada detrás del dilema Occidente/ Comunismo; parecía no haber lugar en los nuevos tiempos para conceptos tan antiguos y que no describían al mundo posmoderno, este mundo de la posguerra fría. Sin embargo, lejos estaba de ser así. Desde la llegada del nuevo milenio, hasta hace unas pocas semanas, se ha hecho evidente que este debate, por muy antiguo que sea, no está por ello, fuera de agenda. Problemáticas tan antiguas como las migraciones, la descolonización , los movimientos transnacionales, las guerras y las persecuciones lo vuelven a poner sobre el tapete y nos interpelan acerca de los modelos que nos hemos construido, a lo largo de la historia, para poner a “los buenos y los malos” en el lugar que corresponde en nuestro imaginario. La demonización del otro, ha sido, cuanto menos, un arma de la política. Y ha sido y es utilizada por ambos sectores: en las últimas semanas hemos asistido a nuevas elecciones en varias partes del mundo en que las banderas de la izquierda y la derecha han vuelto a agitarse, mostrándonos que este es un debate que aún divide a las sociedades. Y que es por ello, muy útil para los políticos…..
Por: Lic. (Mg) Milena Barada
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