DE MATAR A MARCAR

Un cambio de paradigma para la protección de los tiburones. El proyecto “Conservar Tiburones en Argentina” apunta a promover prácticas sostenibles en la pesca deportiva a partir de dar a conocer el valor y el estado de conservación de este grupo de especies en el mar argentino y repensar el vínculo de las personas con la naturaleza. Los peces cartilaginosos (tiburones, rayas y quimeras) son los vertebrados más amenazados de los océanos. Según evidencia científica, algunas poblaciones de tiburones se han reducido en un noventa por ciento en los últimos cuarenta años en el Atlántico sudoccidental, es el caso del “escalandrún”, estos grandes predadores ayudan a mantener sanos los ecosistemas marinos, por lo que su extinción impactaría negativamente en los mares y en las personas que de ellos dependen. Argentina es uno de los lugares críticos identificados a nivel global para la conservación, aquí habitan 55 especies de tiburones de las cuales 16 son de gran tamaño. Más de la mitad de los peces cartilaginosos de la región se encuentran bajo alguna de las categorías de amenaza de extinción, algunos pertenecen a especies endémicas (es decir, que sólo se las encuentra en la región) como el “gatuzo”, el “pez ángel” y el “guitarra grande”. La principal amenaza es la presión pesquera insostenible y en menor medida la destrucción del hábitat, la contaminación y el cambio climático. La mayoría de las especies de tiburones tienen características biológicas que las hacen vulnerables a la sobrepesca porque son de crecimiento lento, madurez tardía para reproducirse y bajo número de crías. En este marco surge el proyecto “Conservar Tiburones en Argentina” generado por Ciencia Ciudadana que desde 2013 reúne a pescadores deportivos e investigadores de Wildlife Conservation Society Argentina, el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, el objetivo es alentar a los pescadores a sumarse al proyecto para generar un cambio de paradigma: pasar de sacrificar las presas que capturan a marcarlas y devolverlas con vida al mar. Ciencia Ciudadana: Conocer y Proteger. El proyecto une el trabajo científico con las pequeñas comunidades pesqueras locales de la costa argentina en un proceso colaborativo: al colocar una marca a los tiburones se puede obtener información clave para su conservación. Hasta el momento, más de 200 pescadores de todo el país desde Faro Querandí (provincia de Buenos Aires) hasta Puerto San Julián (Provincia de Santa Cruz) se sumaron de manera voluntaria a la propuesta y gracias a su compromiso marcaron y devolvieron más de 2650 tiburones en aguas argentinas; 17 de ellos fueron recapturados logrando registros históricos e inéditos. El trabajo consiste en una marcación debajo de la aleta dorsal del tiburón introduciendo un “espagueti amarillo” con datos para su identificación. El dispositivo es un tubo aséptico alargado, con una inscripción que lleva el número de tiburón marcado, nombre del proyecto y datos para establecer contacto en caso de una recaptura, esto permite hacer un seguimiento de los movimientos de cada individuo y facilitar información para conectar sitios de marcado y recaptura, determinar posibles recorridos migratorios, días transcurridos, crecimiento corporal, supervivencia post captura, fidelidad al sitio, cantidad de hembras y machos por sitio, edades entre otros factores. Considerando que para una de cada cinco especies evaluadas en nuestra región no existen datos suficientes para determinar su estado de conservación, toda información generada por los pescadores se convierte en muy valiosa e importante para poder avanzar en investigación y acciones de protección. Trabajar en alianza con los pescadores implicó instancias de capacitación, entrenamiento y entrega de equipos de marcado. Durante el desarrollo de talleres pudieron compartir sus saberes, experiencias y la motivación de sumarse a esta iniciativa a partir de extender el impacto de su actividad sobre estas especies. Uno de los hallazgos destacados del proyecto fue el registro inédito de la migración regional de un tiburón “bacota” en el Atlántico sudoccidental cubriendo unos 2566 kilómetros, hasta donde sabemos, el que más distancia recorre a nivel mundial. También se reforzó el conocimiento sobre la migración del cazón desde Argentina hacia Uruguay. En el año 2021 se logró un registro de tiburón gris en las costas de Chubut, fue el cuarto individuo registrado en la historia en aguas argentinas, el primer registro fue en el año 1906 en Miramar, el segundo y tercero en 1997 en el golfo San Jorge (Chubut). Se comprobó que la pesca con marcado y devolución de individuos, si se practica correctamente, no perjudica su supervivencia y que más del setenta por ciento de los tiburones que interactúan con la pesca deportiva son hembras llegando al ochenta por ciento en el caso del cazón. San Blas hacia su verdadero refugio de tiburones. Entre octubre y abril, la Reserva Natural de Usos Múltiples Bahía San Blas de Buenos Aires es escenario de una intensa actividad de pesca deportiva, principal motor turístico y económico de la zona, en algunos casos la pesca está dirigida a tiburones en peligro crítico de extinción como el cazón que cada primavera utiliza estas aguas para reproducirse. Por este motivo el proyecto Conservar Tiburones en Argentina tuvo origen en la bahía San Blas, el proyecto comenzó con un solo pescador deportivo llamado Luis Carbone junto a un puñado de guías de pesca deportiva embarcados. Hoy son muchos los pescadores y guías de pesca, tanto embarcados como de costa que marcan sus presas dentro de la reserva y hacen de San Blas un lugar emblemático en la preservación de tiburones. Para cerrar esta nota nada mejor que las palabras de uno de los protagonistas. “…Me sumé porque me pareció bien devolverle a San Blas y al mundo parte de todo lo que me había dado…” En las salidas de pesca genera mucha curiosidad el ver marcar un tiburón, entonces la gente se acerca y permite crear las condiciones para generar conciencia sobre el daño a los animales y al ambiente que podemos evitar con la devolución. Notamos que desde hace años el rechazo social a sacrificar las presas es cada vez mayor. Por: Bibiana Manfroni Bibliografia: Aves Argentinas. Revista de Naturaleza y Conservación Nº 69. Año 2024. Juan Martín Cuevas. Lucas Albornoz

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