CONOZCAMOS AL DT ENRIQUE. PARTE 20
Cuando entraron al Club, para jugar un partido amistoso, el Muro, hacía muchísimo tiempo que no iba a visitar el Club y al llegar se encontró con muchos cambios en las instalaciones y con viejos compañeros, amigos de su tiempo de inferiores. Cuando ve a uno que le decían “el Panza”, que había jugado en la escuela y en las inferiores con él, dice: “Panza, querido, tanto tiempo sin verte, ¿qué haces por acá? ¿No me vas a decir que seguís jugando?” se acerca riendo a saludarlo. “Hola Muro, hace mucho que no nos vemos, pero lo primero que quiero hacer es felicitarte por la copa del mundo que trajeron para Uruguay, esos penales de la final casi nos matan a todos. Desde hace años que no juego más, pero siempre estoy trabajando por el Club”. “Bueno muchas gracias por la felicitación, pero no sabes cómo se me frunció todo al patear ese último penal, pero por suerte pudimos traernos esa hermosa copa. Che, Panza, estuve mirando el Club y se lo ve muy lindo. Me gusta mucho como está, se ve que le han metido mucho laburo. ¿Quién está de presidente ahora?” le pregunta el Muro. “Yo, Muro. El presidente soy yo -responde el Panza-” El Muro sorprendido, le dice: “Vos, Panza, ¿sos el presidente?”. “Si Muro, no te sorprendas, hace muchos años que venimos trabajando para mejorarlo, hacemos lo mejor que podemos, son muchos años de laburo y bueno, así lo vamos mejorando.” “Bravo Panza -le responde el Muro- me gusta mucho como va quedando. Te felicito, de verdad.” Sonriendo va y le da otro abrazo. “Muchas gracias, Muro -continua el Panza- sé que sos sincero en los elogios, pero no estoy solo en esto porque hay muchos muchachos que están dando una mano para que todo vaya cada vez mejor. La cancha está muy bien, tiene buen césped y agrandamos las tribunas. (se detiene instante, piensa y luego continua). Sabes Muro, nos falta una cosa muy importante: subir de categoría, si Muro, nos falta eso, llegar a primera. (Piensa otra vez y le dice) Ves, ahí necesitaríamos que vengas a darnos una mano, Muro, porque necesitamos gente con experiencia, que haya nacido en el club y que tenga ganas de acompañarnos en esta locura, porque el ascenso a primera sería una locura y la alegría más grande para todos los hinchas. Bueno, no te jodo más por ahora, cuando puedas, vení con tiempo, charlamos, te cuento los planes y quien te dice venís a terminar la carrera aquí, traes otros muchachos, entre todos pueden ayudar al equipo a subir a primera.” Le dice el Presidente. “Seguro, Panza, ya tendremos tiempo de hablar -le responde el Muro- ahora quiero felicitarte, porque no sabía nada que estabas metido en el Club y menos que eras el presidente. Me pone muy contento oír eso, porque siempre te tuve como una muy buena persona y veo que, una vez más, me lo demostrás con todas las cosas que estás haciendo aquí”. “Recordá Muro, que yo no estoy solo -dice el Panza- esto lo hemos hecho entre todos los muchachos que nos involucramos en el Club. Yo soy la cabeza visible pero atrás mío hay muchos amigos. Recién llevamos poco tiempo y hemos hecho muchas cosas, pero nos faltan muchas más, las ideas son muchas y las llevaremos adelante con el correr del tiempo. Pero, bueno, dejemos todo eso de lado por hoy y vamos a charlar con todos los otros muchachos y el cuerpo técnico. Estoy muy contento de tenerte en el Club, no quiero que te pierdas por mucho tiempo, así seguimos charlando como cuando éramos adolescentes. Cuando puedas pasa por acá y seguimos la charla”. “Gracias Panza -dice el Muro- pero vení, te voy a presentar un amigazo en el futbol y en la vida -lo llama a Enrique- Enrique te presento a mi amigo Panza, compañero en la época de inferiores y hoy, presidente de Club Atlético Maldonado”. “Mucho gusto, Señor” le dice Enrique dándole la mano. “Por favor no me digas Señor, soy Carlos y el gusto es mío, Álvarez -le dice el Panza dándole la mano- es un placer muy grande conocerlo y que puedan venir a jugar a nuestro querido estadio. Además, tener a todo el plantel de Nacional, el último Campeón del Mundo, para disputar un partido amistoso, es una cosa extraordinaria. Muchísimas gracias por venir”. Siguieron charlando, mientras se juntaban con los demás jugadores de Nacional.
Los jugadores de Maldonado al encontrarse con el plantel de Nacional, se tomaban fotos con los campeones del mundo, porque sentían una gran admiración por este plantel. Cuando terminaron de saludarse se fueron todos juntos a los vestuarios a cambiarse para jugar el partido amistoso.
Tanta admiración e idolatría que tenían los hinchas y sus colegas, por los jugadores de Nacional de Montevideo, se debía por haber ganado la Copa Libertadores y, también, porque habían ganado la Copa Mundial que habían jugado en Tokio, Japón. Esta Copa Mundial se jugaba entre el Campeón de América y el Campeón de Europa, a un solo partido en el estadio Nacional de Tokio.
Club Atlético Nacional de Uruguay disputo este definitorio partido contra PSV Eindhoven de Los Países Bajos quien había sido el Campeón de Europa. El partido fue durísimo y la definición fue a los penales. Comenzó muy bien Nacional, llegando al arco rival en varias oportunidades, hasta que un centro perfecto de Enrique fue cabeceado por el N°9 abriendo el marcador, terminando el primer tiempo con ese 1 a 0 para Nacional. En el segundo tiempo, el PSV, fue en busca del empate y a los 15 minutos consiguió la igualdad al conectar su N°6, de cabeza, un córner desde la derecha y a los 25 minutos, al cobro de una falta cerca del área penal, con otro cabezazo el N°5 puso en ventaja a los Holandeses. El equipo Uruguayo, se fue al ataque en busca de la igualdad, poniendo y recibiendo pierna fuerte. Hubo muchas faltas cobradas por el árbitro y los ánimos se fueron calentando, hasta que tuvo que tomar la decisión de expulsar a dos jugadores por equipo. También, en el tiempo regular, se hicieron todos los cambios posibles, buscando jugadores descansados. Iban 2 minutos de los 4 minutos que había adicionado el árbitro a los 90 minutos, cuando hay córner en favor de Nacional. Enrique encargado de patear los cornes, le pide al Muro que lo patee él, porque sentía una pequeña molestia muscular, que no le impedía seguir en cancha. Enrique se fue a colocar en el área, mientras sus compañeros ocupaban diferentes lugares en ella, llega el guardameta de Nacional a tratar de cabecear el centro. El Muro levanto su mano izquierda como dando una señal, Enrique entendió esa señal con la mano izquierda y cuando el Muro corrió para impactar la pelota y mandar el centro, Enrique corrió al primer palo, donde justo iba a caer la pelota, le pegó un fuerte cabezazo haciendo entrar la pelota en el ángulo izquierdo del arquero concretando la igualdad y mandando el partido a 30 minutos de alargue. Los dos tiempos de alargue se jugaron con mucho cansancio de los dos equipos y terminaron empatados en cero, es decir, el partido termino con un marcador de 2 a 2 y se fueron a los penales. Estos fueron muy emocionantes, por-que cuando un equipo erraba o se lo atajaban, el penal que seguía sucedía lo mismo. Así llegaron a patear el noveno penal para cada equipo. Como toda la serie, le tocaba primero al PSV y era a su arquero el que debía patear. Tomó carrera y el fuerte remate se estrelló en el travesaño y se fue a la tribuna. Quedaba el penal definitivo para Nacional y le tocaba al Muro ser quien definía la serie, tomo la pelota, la coloco en el punto del penal, tomó carrera (según el Muro cerró los ojos), le dio con “alma y vida” al medio del arco y escucho el griterío de sus compañeros y de todos los hinchas que apoyaban a Nacional, porque la pelota entró por el medio del arco, mientras el arquero se tiraba para un costado sin poder tocarla. El Muro, rápidamente, se encontró bajo una pirámide humana que era un griterío de alegría y felicidad. Allí abajo, contaba después, era tan grande su felicidad que resistió toda esa cantidad de gente sobre su cuerpo hasta que se fueron levantando. Luego, todo fue abrazos y más abrazos entre todos los jugadores y cuerpo técnico, para seguir festejando con los hinchas que habían llegado a Japón. Después vinieron las entregas de medallas y de la Copa Mundial, regadas de champaña y risas. Mientras eso pasaba en Japón, en Montevideo, la mitad de la ciudad, hincha de Nacional, festejaba el titulo obtenido has-ta altas horas de la madrugada. Era la tercera Copa Mundial ganada por Nacional.
Por todo lo que habían logrado los años anteriores, este plantel de Nacional era tan queridos y festejado por todos los hinchas del Bolso.
Los jugadores aparecieron cambiados y listos para el primer partido amis-toso. Salieron a la cancha en un ambiente de camaradería, los dos planteles juntos iban charlando y riendo hacia el centro del campo. Este primer amistoso fue para Nacional por 4 a 2, se jugó con mucha alegría, con pocas infracciones y con muchas situaciones de gol. Luego, compartieron un asado, que sirvió para mantener buena relación entre las dos instituciones. A los tres días volvieron a encontrarse en un nuevo amistoso, donde Nacional, volvió a ganar, pero esta vez por 5 a 0, ya con el plantel completo y con más prácticas de futbol, el equipo de Nacional tuvo un juego más fluido, con más soltura y pudo marcar una gran diferencia.
Por: Juan Bermúdez - enjuber@hotmail.com
Comentarios
Publicar un comentario