200 AÑOS DE LA NOVENA SINFONÍA DE BEETHOVEN
La ¨Novena Sinfonía¨ de Ludwig van Beethoven, cumplió el 7 de mayo 200 años. La ¨Oda a la alegría¨ forma parte de su cuarto movimiento, cuando se escucha la sinfonía es el momento más esperado por el público. Es la musicalización del poema del mismo nombre de Friedrich Schiller, escrito en 1785, poema que provoca las emociones más íntimas al resaltar la hermandad y comunidad de la humanidad.
Alexander Rehding, profesor de música de la Universidad de Harvard, opina que casi todo es revolucionario en la Novena Sinfonía, dice: ¨Es más larga que cualquier otra sinfonía, excepcionalmente exigente desde el punto de vista orquestal, todos los instrumentos son difíciles, y es la primera en incluir un segmento coral, algo que no se hacía en el género de la sinfonía¨.
La obra fue encargada por la Royal Society de Londres, la comenzó a componer en 1818 y la finalizó en 1824, la estrenó el 7 de mayo en Viena, donde el público lo conocía y sabía que esperar de él. Beethoven por su sordera, no pudo oír el estreno, pero lo siguió en una copia de la partitura. Cuando terminó no oía los aplausos, al indicarle que viera al público vio manos que aplaudían y agitaban pañuelos. Se inclinó y saludó al público. No sucedió lo mismo en otras ciudades.
En el siglo XIX, como los críticos atacaban el cuarto movimiento, diciendo que perjudicaba al total de la sinfonía, se tocaban solo los tres primeros y no la parte coral. Pero, esta fue la parte más recordada a través de las décadas y en diferentes situaciones.
Esteban Buch, profesor de historia de la música del École des Hautes Études en Science Sociales (EHESS), en Francia, da una explicación de porque la Oda es la más recordada, y dice: ¨Por un lado se parece a una melodía popular, es simple, fácil de recordar y de cantar. Tiene una tensión interior alegre, una asociación con algo utópico que es la alegría. A la vez tiene una tensión interna rítmica y melódica que le añade complejidad¨.
Schiller escribió la ¨Oda a la alegría¨ como un canto a la bebida, pero Beethoven cambió el contexto cuando cambio el orden de los versos. Dice Buch: ¨Esa idea muy simple de la solidaridad universal es lo que llega al sentimiento de la gente y son las razones para cantarla¨.
La Oda es usada por gente muy diferente, distintas orientaciones políticas e instituciones. Hubo casos en los que se usó como himno nacional y actualmente, solo en forma instrumental, es el himno de la Unión Europea.
En 1989 la caída del Muro de Berlín se celebró con la Novena Sinfonía, la palabra ¨alegría¨ (freude, en alemán) se cambió por ¨libertad¨(freiheit). También en alusión a la libertad, se escucho por la misma época en las manifestaciones en la plaza de Tiananmen, en contra de la opresión del gobierno chino y en Chile contra el dictador Pinochet.
Según Buch: ¨Hay una larga lista de políticos a los que les gusto la Novena hicieron de ese gusto un símbolo ético. Una música que representa la belleza y por lo tanto la bondad de mi causa¨.
Hubo ocasiones penosas de la historia que desafortunadamente se asociaron con la sinfonía, dice Buch, fue el uso que le dieron los nazis, a la música de Beethoven en general no solo a la Novena. La Oda fue usada en las Olimpíadas de Berlín en 1936 y la versión completa de la sinfonía fue interpretada por la Filarmónica de Berlín, para el cumpleaños de Hitler en 1937.
También en el año 1974, la independizada República de Rodesia, hoy Zimbabue, que estableció un régimen de apartheid, adoptó como himno nacional la Oda a la alegría. Dice Buch: ¨Fue un momento negro del uso de la Novena, que recuerda que la música más hermosa y generosa puede usarse por un grupo antidemocrático¨.
Antes que comience la Oda a la alegría, Beethoven agregó un texto suyo que dice: ¨Oh amigos no más de estos sonidos y no permitan más, sino permitamos cantar sonidos más agradables y llenos de alegría¨, inmediatamente comienza el poema de Schiller.
Beethoven junta el tema de la alegría con el tema de la fraternidad. Empieza musicalizando las palabras ¨abrácense millones, permanezcan unidos, sean unidos abrácense¨. La unión de la fraternidad con la alegría, es el símbolo de la ¨Novena Sinfonía¨, ahí está el mensaje del porque su sinfonía ha tenido tanta trascendencia, más allá de lo que significa musicalmente.
En el año 2021, la partitura original se inscribió en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, donde forma parte de la herencia espiritual de la humanidad.
Fuente: Internet/ Martínez
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