LOS ELEFANTES DE AMÉRICA DEL SUR
Debido a la repercusión de los hallazgos de antiguos elefantes realizados en Mar del Sud, es buena oportunidad para saber un poco más sobre estos interesantes animales. Para empezar, no son elefantes tal como los conocemos hoy, los cuales viven en África y Asia. Se trata de parientes que están clasificados dentro de un gran Orden denominado Proboscideos en donde estaban incluidos los Mastodontes, Mamuts, Elefantes y otros grupos similares muy abundantes y variados, los cuales comenzaron a diversificarse hace unos 60 millones de años en África y de ahí se distribuyeron a todo el mundo.
El continente Sudamericano fue una isla durante 60 millones de años por lo que se desarrolló una fauna propia hasta que hace 2,5 millones de años se unieron los dos continentes por medio del Istmo de Panamá. De este modo cruzaron muchas especies de animales a nuestras tierras, los cuales también evolucionaron en formas nuevas. De este modo también llegaron una especie de Mastodontes (mejor llamados Gonfoterios) que se diversificaron en dos especies, los Cuvieronius que se distribuyeron en la zona boscosa cordillerana y los Notiomastodon, que ocuparon las praderas del continente. En nuestra zona es común el hallazgo de restos de los mismos, especialmente en el sector entre las localidades de Mar del Sud y Centinela del Mar.
Exteriormente los Notiomastodon se parecen mucho a los elefantes modernos, pero se diferenciaban principalmente por sus grandes molares que le permitían alimentarse de una gran variedad de vegetales, especialmente pastos luego de la última graciación (unos 100.000 años). Sus colmillos eran en algunos ejemplares, bastante rectos, pero se han hallado otros con una curvatura similar a la de los elefantes, siendo el largo de los mismos hasta 1,20 m, de sección oval y casi 20 cm de diámetro. El tamaño corporal era variado ya que tenían una altura de 2,5 m y un peso de más de 3 toneladas, hasta más de tres metros de alto y un peso de 7,5 toneladas.
Volviendo al hallazgo de Mar del Sud es interesante destacar que fue realizado por familias de nuestro distrito. En el primer caso fue visto por el pequeño Lorenzo de 5 años junto a su madre Belén Rojas. Al poco tiempo también dan aviso las hermanas Cecilia y Romi Méndez junto a su hija Paloma, de otro hallazgo a unos 50 m del primero. En el primer caso se trató de una pelvis y en el segundo, una mandíbula con molares muy frágiles. Luego de realizada la tarea de rescate de los mismos con personal del Museo Municipal de Ciencias Naturales de Miramar y voluntarios de la carrera de Tecnicatura en Paleontología que se brinda en nuestra ciudad, se procedió a la limpieza de los mismos en el laboratorio de la institución. Entre los restos rescatados junto a la gran pelvis también se reconoció un fragmento de otra pelvis de un Notiomastodon diferente y más grande que el primero. O sea que al final se han identificado tres ejemplares diferentes de esta especie. Este hallazgo nos indicaría que ese sitio era frecuentado de manera regular por estos grandes animales, lo que explicaría la casualidad de su presencia.
La riqueza natural de nuestra región es muy importante y es muy útil que los vecinos estén atentos a lo que va apareciendo en diversos sectores, especialmente el frente marino, cuyos acantilados se van erosionando y nos permiten descubrir nuestro pasado milenario.
Por: Museólogo Daniel Boh - Museo Punta Hermengo
museomiramar@fundacionazara.org.ar
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