CONOZCAMOS AL DT ENRIQUE. PARTE 13
-dos los partidos en gran nivel y en las dos finales con Newell's, fuimos un equipo muy sólido y solidario que nos quedamos, merecidamente, con la Copa Libertadores de América. Puede haber muchas formas para llegar a ser campeones, pero está seguro de que el sacrificio y el compañerismo, son dos cosas que no pueden faltar para salir campeón”. “Seguro, muchachos – interviene el Tigre- el grupo influye en todo campeonato, pero también se necesita buenos jugadores. Yo en-frente a este, jugando contra Atlético Nacional, es uno de los mejores zagueros que he visto, como les dije antes, además, Atlético Nacional es un equipo dificilísimo, que está muy bien armado, que salió subcampeón para clasificarse a la Copa Libertadores”. “Gracias, Tigre -agradece Andrés- es verdad que estamos jugando bien, pero vamos a tener que mejorar más si queremos ganar la Copa, porque lo que dicen Uds. es cierto, debemos jugar cada partido como una final, si nos metemos todos en el mismo objetivo vamos a tener alguna posibilidad de ganarla”. “Pero Andresito, querido -dice el Muro- la próxima olvídate de ganarla, ¿por qué?, porque la jugamos nosotros por ser los campeones y, ¿entonces que va a pasar? que volveremos a ganarla, volveremos a ser campeones, jaja”. Se ríen todos. “Bueno Muro, puede ser, pero se la vamos a hacer bien difícil, se la vamos a pelear a todos y mucho más a Uds.” responde sonriendo Andrés. En ese buen ambiente, siguieron charlando, hasta que vinieron los chicos pidiendo comida. El asado estaba a punto, llegaron las ensaladas y todo el mundo a comer. Cuando terminaron con el almuerzo, siguieron de sobremesa hasta muy tarde disfrutando de muchas anécdotas. Se despidieron con mucho afecto hasta el día siguiente que era el casamiento por civil y a la noche se iba a hacer una ceremonia frente al mar, en el puerto de Buenaventura.
A la mañana siguiente todos fueron al civil, fue una ceremonia sencilla, con familiares y amigos íntimos, luego fueron a hacer un brindis mientras comían un “buffet froire” de extraordinaria calidad y exquisitez.
Como la ceremonia religiosa se hacía en el puerto de Buenaventura, que era un lugar conocido por los muchachos y familias, ya que habían pasado muchos días en la época que vivieron en Cali, decidieron ir a tomar una buena siesta antes de viajar a la fiesta de casamiento, porque a la noche se acostarían muy tarde.
Alrededor de las 6 de la tarde se subieron a las camionetas para viajar los 120 km que había que recorrer desde la ciudad de Cali hasta el puerto de Buenaventura. En una camioneta iba manejando el Tigre y en la otra manejaba Enrique. Los novios habían arreglado el hotel para cada uno de los invitados, así podían llegar, descansar, cambiarse para, luego pasar la noche allí. Todos los invitados fueron notificados de cuál era su hotel y su habitación. Las Familias se dirigieron directamente al hotel indicado y a sus habitaciones reservadas. Todos estaban muy felices de volver a estar en este puerto tan bonito, con un mar muy tranquilo y cálido.
La fiesta empezó a orillas del mar, habían colocado una plataforma de madera flotando sobre el agua y allí se subieron el sacerdote Jacinto, quién estaba encargado de la ceremonia religiosa y los novios Abigail y Andrés, mientras, alrededor de 60 invitados, los observaban desde la costa. Cuando el sacerdote termino la ceremonia, le dijo a Andrés el tan hermoso y conocido dicho “ya puede besar a la novia”, entonces los recién casados se dieron “un largo y sentido beso”, luego se despojaron de sus ropas, que-dando con un bikini blanca Abigail y Andrés con una zunga del mismo color y se tiraron al mar para darse un “chapuzón de amor”. Cuando salieron de las aguas en medio de un gran aplauso general, se sentían llenos de felicidad. Les alcanzaron unos toallones para secarse, para luego ser felicitados por todos los amigos que los esperaron en la orilla. La consigna para ir a la fiesta fue que todos los invitados se vistieran con alguna prenda blanca, por lo tanto, muchos brillaban bajo las luces de los reflectores.
Los novios se vistieron con sus ropas blancas y se dirigieron, con todos los invitados, a una inmensa carpa que habían armado, sobre la playa, donde se llevaría a cabo la fiesta. En el interior de la carpa, había 4 barras para tragos y bebidas, unas 10 barras con diferentes comidas para disfrutar, un escenario donde un grupo interpretaba una música muy alegre y divertida. Los invitados se fueron acercando a las barras de tragos y de comidas mientras se divertían conversando, algunos enseguida se pusieron a bailar y la fiesta empezó a tomar calor.
Cuando las familias se fueron acomodando cada una en su mesa, el Tigre vio que estaba el Jefe en el otro lado del salón, les dijo a sus amigos de ir a saludarlo y hacia allá, fueron los tres. Julio Ernesto Fernández Escobar, el Jefe, vio que se acercaban los tres muchachos, con un pequeño gesto calmo a los custodias de su entorno y se adelantó a saludarlos diciendo: “Que alegría encontrarlos a Ustedes en esta fiesta. Querido Tigre, ¿Cómo estás? Imagino que ellos son Álvarez y Llanos, tus compañeros del Deportivo Cali, que tantas alegrías nos dieron, en otros tiempos.” “Como está Jefe -le dice el Tigre- es una alegría volver a encontrarnos. Si, estos son mis amigos Llanos y Álvarez, que hace unos años nos acompañaban en el Cali, ahora están jugando en Uruguay, han salido campeones de la Copa Libertadores y hoy compartimos esta fiesta, porque nuestra amistad perdurara para toda la vida. Ellos quieren mucho al Deportivo Cali y nunca se olvidan de su paso por el Club. ¿Pero, Jefe, cómo es que lo encontramos en esta fiesta? ¿Es Ud. pariente de alguien?”
“Pero, claro Tigre, Andrés es uno de mis sobrinos favoritos. La verdad muchachos, los felicitos por haber levantado esa hermosa Copa, que tanto se nos niega a los hinchas del Cali. Ahora hay que cambiar de tema y ponerse muy contento porque Andrés pueda vivir toda la felicidad del mundo al lado de esa hermosa muchacha, se ve que tienen muy linda relación y me alegra que tengan tan buena gente, como ustedes, como amigos y que todos compartamos de su fiesta de casamiento.” “Gracias Jefe. La verdad que sí, hacen una muy linda pareja. Nosotros conocemos más a la novia, que es una querida amiga, pero Andrés es un gran muchacho y un futbolista con un futuro enorme, a quien enfrente hace poco y me parece un excelente marcador central”. “Si, Andrés es un excelente jugador, va a llegar muy lejos. Ustedes, también son grandes jugadores, han llegado muy lejos y me alegra mucho, verlos tan bien. Espero que disfruten los días que estén por el país y que les vaya muy bien en la vida”. “Muchas gracias Jefe, igual para Ud. y su familia. Nos alegra mucho verlo bien. Bueno, ahora lo de-jamos tranquilo, que disfrute de la fiesta y seguro, que nos encontramos en cualquier momento. Que siga Ud. muy bien” termina el Tigre. “Gracias Tigre – le dice el Jefe – pero antes que se vayan déjame hacerte un regalito”. Se acerca a la mesa y regresa con una botellita de Choique “La Selva”. “Toma, Tigre, para que lo disfrutes con los muchachos y con tu familia” se lo entrega con una sonrisa y un apretón de manos. “Muchísimas Gracias, Jefe – dice el Tigre – no se hubiera molestado, pero siempre es muy generoso conmigo. Se lo agradezco mucho”. “Es un placer – dice el Jefe – Uds. nos dieron mucho a los hinchas del Cali y siempre se lo voy a agradecer. Otra cosa muchachos, le ofrecí a Andrés y Abigail mi avión particular para que los lleve a Punta Cana. ¿Uds. van, tam-bién, de vacaciones allí? Porque el avión tiene muchas plazas y pueden viajar todos juntos”. “Muchísimas gracias Jefe. Andrés ayer nos comentó algo, pero viajemos o no en su avión, le estamos muy agradecido por el ofrecimiento.” le dice el Tigre “Ustedes se los merecen. Que lo disfruten y que disfruten las merecidas vacaciones” los despide el Jefe. Se saludan entre todos y cada uno se van para su mesa.
Cuando llegan a la mesa, las mujeres preguntan: “¿A quién fueron a saludar?” El Tigre les muestra la botellita y les dice: “Al Jefe, el que una vez me in-vito a almorzar y me hizo varios regalos, entre ellos, una botellita como esta, que es el Choique marca “La Selva”, esa bebida tan rica que tomamos hace unos años y nos divertimos tanto. ¿Te acordás Delia?” “Pero por supuesto, amor – dice Delia – me acuerdo perfectamente, Mi Tigre” Todos se largan a reír recordando la noche que pasaron Delia y el Tigre cuando proba-ron esa bebida. Se van dirigiendo a las barras por unos tragos y por la rica comida, mientras El Tigre sigue hablando con Delia, cuando caminan hacia las barras: “Además, le agradecimos que ponga el avión a nuestra disposición para viajar a Republica dominicana. Realmente es un maestro el Jefe, siempre está en todos los detalles” “Si Tigre, pero es mejor tenerlo de amigo que de enemigo, por lo que se comenta, ¿no es cierto?” responde Delia. “Shhh, no hables fuerte mujer, a ver si te escucha. Hablemos en otro momento, mejor” dice el Tigre mientras llegaban a la barra para pedir un par de daiquiris.
Toda la fiesta transcurrió con mucha música, muy buenos tragos, rica comida, mucha buena onda y los novios disfrutaban con cada uno de los invitados. En un momento, cuando el grupo de salsa que estaba tocando termina una canción, se acerca el animador de la fiesta para hablar con el cantante, le solicita que se tomen un descanso. Luego invita al grupo “Los pibes de (continuara)
Por: Juan Bermúdez - enjuber@hotmail.com
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