CONOZCAMOS AL DT ENRIQUE. PARTE 12

El primer partido final se jugó en Argentina, una multitud acompañó el triunfo de Newell's por 1 a 0, con gol del delantero Gabrich. Nacional de Uruguay, jugó un partido de contra-golpe, aunque no pudieron romper la defensa que propuso Newell's, los mu-chachos de Nacional se fueron satisfechos con el resultado de 1 a 0 en contra, porque sentían que lo podían dar vuelta en Montevideo y levantar la Copa Libertadores con toda su gente. La revancha se jugó en el Estadio Centenario ante 70.000 espectadores, Nacional jugo un partido muy bueno. En el primer tiempo rápidamente se pusieron en ventaja con la fórmula del Muro Llanos tirando el pelotazo para Enrique Álvarez, quién le ganó en velocidad a su marcador y toco, suavemente, la pelota por el costado del arquero para ver como entraba en el arco, convirtiendo así el 1 a 0, en el comienzo del partido. Se cumplían 40 minutos, cuando en un córner a favor de Nacional, el Muro Llanos se ubicó en la media luna del área por si había rebote. Vino el centro al área, se produce el rechazo de cabeza de la defensa de Newell's y la pelota le cayó justo a él en sus pies, este sacó un zapatazo fuertísimo que entró por el ángulo derecho del arco, dejando parado al arquero contrario sin que pueda atinar defensa alguna. Así, el Muro, logró el segundo gol del partido y su quinto gol en su carrera deportiva. Se fueron para el descanso con Nacional ganando por 2 a 0. Cuando entraban al vestuario, Enrique y el Muro venían riéndose, porque Enrique lo cargaba al Muro por el gol, diciéndole que fue de pura suerte el zapatazo que había sacado en el gol y al entrar en el vestuario, los esperaban sus compañeros para felicitar al Muro porque era su primer gol con la camiseta de Nacional en la Copa Libertadores. Los demás goles los había convertido cuando jugaba para Deportivo Cali. El segundo tiempo comenzó con un Newell's volcado al ataque para tratar de descontar primero y después, empatar el partido, pero todo fue inútil porque la defensa de Nacional rechazó todas las pelotas que entraban en el área. En el minuto 80', a falta de 10' para terminar, hay otro córner para Nacional. El capitán De León va al área contraria y al venir el centro con un golpe de cabeza marcó el tercer gol de Nacional. A los pocos minutos se dio por finalizado el partido, consagrándose Nacional de Uruguay como Campeones de América después de tantos tiempos difíciles que habían pasado durante los años anteriores. El triunfo fue algo apoteótico y desató la locura de los 70.000 espectadores que estaban en las tribunas. Se produjo una invasión de la cancha por parte de los hinchas, los jugadores fueron despojados de sus ropas y a duras penas, con mucho empeño, iban llegando al vestuario como podían, pero con una inmensa felicidad y la sonrisa de alegría en sus rostros por haber conquistado la 3ra Copa libertadores para Nacional. Después de cantar, festejar, bailar, divertirse, tenían que volver a la cancha a recibir la medalla y la Copa de Campeones. Los organizadores trataban de que el público vuelva a las tribunas para que se pueda llevar a cabo la premiación, pero no eran escuchados. Entonces los muchachos se fueron a bañar, luego se vistiendo como para recibir las medallas y la Copa, pero fue imposible sacar a la gente de la cancha. Cuando pudieron despejar el campo de juego a las 2 de la mañana, ya era muy tarde, el micro de Newell's se había ido y el micro de Nacional partió con todos los jugadores del Estadio Centenario. Mientras iban festejando, les comunicaron que la entrega de las medallas y del trofeo se haría en una gran cena que se llevaría a cabo, dos días después, en el Restaurant “El Bolso”. Felices siguieron cantando hasta llegar a destino. Llego el día de la premiación, todos recibieron su medalla, se levantó la Copa Libertadores de América, comieron, bailaron acompañados de todas las familias. También, fueron acompañados por varios hinchas privilegiados con un sorteo. Cuando ter-minaron todos los festejos, se fueron retirando con sus familias, se saludaban y se deseaban felices vacaciones porque ese día comenzaban a descansar. “Nos vemos el mes que viene” decían unos, “pórtense bien” gritaban otros, “Disfruten mucho, pero no vuelvan pasados de peso” le aconsejaba el profe, pero todos se iban con la sonrisa y la felicidad de ser los campeones. Después de la gran fiesta de consagración por ser Campeones de la Copa Libertadores, los muchachos del Club Atlético Nacional de Montevideo entraron de vacaciones. Al día siguiente del festejo, las dos familias, se subían a un avión para viajar a Colombia. Abigail Pujol Laguna, la gran amiga colombiana, se casaba con un jugador que se llamaba Andrés Escobar Saldaña, habían decidido ir las dos familias juntas a Cali para participar de la fiesta de casamiento y pararían en la casa de Delia y el Tigre, así estaban todos juntos. Primero iban a la fiesta de casamiento, para luego seguir de vacaciones en la playa de Punta Cana en República Dominicana. Cuando llegaron al aeropuerto de Cali, los esperaban Delia y el Tigre, cada uno en una camioneta, porque los que llegaban eran las dos familias completas más el equipaje. El abrazo fue bien grande entre todos, luego se dirigieron directamente a la casa de los Benítez-Herrera para pasar el tiempo que se quedaban en Colombia para asistir al casamiento. Al llegar a la casa, el Tigre se fue al quincho a prender el fuego para recibirlos con un asado. “Que buena idea Tigre, como en los viejos tiempos” le dijo el Muro sonriendo cuando llegó hasta donde estaba. “Escuchame Muro, si recibo a dos campeones de América en casa, lo mínimo que puedo hacer es recibirlos con un asadito -le responde el Tigre largando la risa, mientras continuaba- Que grandes que son mis amigos, campeones de la Copa libertadores de América. Los felicito de verdad, amigos”. “Gracias Tigre -respondió el Muro- faltabas vos para que sea completo, amigazo” y se dieron un abrazo. Se les junta Enrique, quién se pone a aplaudir cuando ve el fuego prendido. Los muchachos estaban muy contentos de volver a encontrarse, no podían dejar de bromear, charlar y reírse, mientras los chorizos, las morcillas y toda la carne se iban colocando sobre la parrilla para que se vayan cocinando lentamente. A las chicas le quedo la tarea de acomodar los equipajes e indicar a los chicos donde iban a dormir cada uno, aun-que estos ya estaban jugando a la pelota en la canchita que tenían en el fondo de la casa. Cuando terminaron de acomodar los equipajes, las chicas se pusieron a hacer las ensaladas, charlaban y se ponían al día con todas las noticias. En un momento, suena el timbre, va Delia a atender y vuelve en compañía de Abigail y Andrés. Al verlos Helena y Clau dejaron todo y se fundieron en un abrazo con su amiga, luego Abigail les presenta a Andrés, su prometido con quien se casaba el día siguiente. Después de conversar un rato, se dirigen al quincho, cuando los vieron los chicos, dejaron de jugar a la pelota, para venir a abrazar a Abigail, luego conocieron a Andrés y los felicitaron por el casamiento. Cuando los saludos con los chicos ter-minaron, se dirigen al quincho donde están los muchachos. Al verse, se saludan con mucho cariño entre todos, charlaron un rato con Abigail, hasta que ella se vuelve a la cocina a ayudar a las chicas. Andrés, se queda en el quincho, está muy felíz, pero se siente un poco nervioso porque no puede creer que este junto a dos de los recientes Campeones de América y a un ídolo total del Deportivo Cali, como lo era el Tigre Benítez. Los conocía a todos, por haber jugado en contra o por saber quiénes eran en el futbol, pero estar compartiendo un asado era muy fuerte. Enseguida los muchachos lo invitaron con algo para tomar y se fue sintiendo más tranquilo, mientras lo incorporaban a la charla. El primero en hablar fue el Tigre: “Muchachos, (señalando a Andrés) estamos en presencia de un 'treméndo jugador', créanme, yo que juego en Cali y él juega en Nacional, que lo he enfrentado, les digo que para mí, es el N°2 de la Selección Colombia y va a dar mucho que hablar”. “Bueno Tigre, muchas gracias” responde Andrés. “Si -habla el Muro- escuchamos de vos, Andrés y sabemos que andas jugando muy pero muy bien”. “Gracias, muchas gracias” agradece Andrés. Viendo la buena onda que había entre todos, Andrés aprovecho para hacer algunas preguntas sobre cómo habían logrado ganar la Copa Libertadores de América, si había algo que era fundamental o que se necesitaba para poder ganarla. Tomo la palabra el Muro: “Mira Andrés, lo fundamental fue que logramos una gran armonía entre el plantel y el Cuerpo Técnico. Hubo grandes problemas económicos, problemas de conexión entre los dirigentes y los Cuerpos Técnicos durante varios años, hasta que asumió Fleitas como director técnico, quién puso las cosas en claro para los jugadores y dirigentes. Tuvimos que adecuarnos a su forma de pensar el juego, a su dibujo táctico. Lo pudimos hacer rápidamente, fuimos creciendo partido a partido. Salimos subcampeones en el campeonato principal, volvimos a salir segundos en la liguilla, para jugar contra Defensor una clasificación mano a mano y al ganarla clasificamos a la Copa Libertadores. Allí, dijimos que teníamos que ir por todo y con gran humildad llegamos a la final y ganamos el campeonato”. “Si, Andrés -dice Enrique- fue muy difícil, logramos nuestro mejor rendimiento cuando clasificamos a la Copa, (continuara) Por: Juan Bermúdez - enjuber@hotmail.com

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