LA REVOLUCIÓN DE LAS VIDEOCASSETERAS

Tal como podemos apreciar en pocos años la tecnología, especialmente la digital ha desplazado diferentes sistemas de reproducción de películas. Entre ellas, las videocaseteras. Una de ellas, marca Noblex del año 1979, fue la primera que esa empresa fabricó en nuestro país. Fue donada por el señor Claudio Coco y la verdad que en un primer momento tuvimos ciertas dudas en aceptarla ya que no era “suficientemente antigua” y como siempre, es sólo una cuestión del paso tiempo para que se convierta en un objeto interesante. Por lo que nos pusimos a averiguar sobre los orígenes de estos aparatos. Primeros formatos La historia de las videograbadoras es inmediatamente posterior a la grabación en cinta de vídeo en general. Ampex introdujo la primera grabadora de cinta de vídeo comercialmente exitosa en 1956. Se le conocía como el formato 2" Quadruplex, que utilizaba una cinta de 5.1 centímetros (dos pulgadas). Debido a su alto precio en el mercado, de U$S 50.000!, el 2" Quadruplex solamente podía ser adquirido por cadenas de televisión. Posteriormente Sony lanzó en 1963 el primer VTR (grabadora de video) dirigido a negocios, estudios médicos, aerolíneas, y al sector educativo. Las compañías Ampex y RCA lanzaron luego en 1965 su propia versión VTR monocromo con un precio por debajo de los US$1,000 para el mercado doméstico, lo que cambió las cosas. Sony U-matic El desarrollo de las cintas de video surgió como consecuencia del reemplazo por cintas de otros sistemas de carrete, los casetes compactos de audio y los cartuchos Instamatic en 1963, y el cartucho de películas casero Súper 8 en 1966. Luego Sony mostró un prototipo de videocinta en octubre de 1969 y luego trabajo por establecer un estándar para marzo de 1970 con siete socios para su manufacturación. El resultado fue el sistema de Sony U-matic, introducido en Tokio en septiembre de 1971. Este fue el primer formato de videocinta comercial en el mundo. Sus cartuchos se asemejan a una versión más grande de las futuras cintas VHS, utilizaban una cinta de 1.9 cm (3/4 de pulgada) y tenían un máximo de reproducción de 90 minutos. Sony también introdujo dos máquinas (el reproductor de videocintas VP-1100 y la videograbadora VO-1700) para usar estas nuevas cintas. El U-matic, con su sistema de fácil uso, hizo que otros sistemas de videocintas pasaran a estar obsoletos rápidamente en Japón y los Estados Unidos. En 1972 la compañía neerlandesa de electrónica Philips desarrolló un tipo de videocinta para el hogar. La denominó como formato "VCR" (aunque también era llamado "N1500"). Este fue también apoyado por Grundig y LOEWE. Utilizaba un casete cuadrado y una cinta de media pulgada (1.3 cm), permitiendo un tiempo de grabación de una hora. El primer modelo, disponible en el Reino Unido en 1972, con un costo de casi £ 600, resultaba un sistema muy caro y apenas fue recibido por los hogares. Más tarde lanzaron una versión de cinta de larga duración conocida como "VCR-LP" o N1700, que utilizaba las mismas cintas y que se vendió bastante bien en instituciones educativas. Avco Cartrivision El sistema Avco Cartrivision, una combinación de televisión y VCR de Cartridge Television Inc. que se vendía en US$1,600, fue la primera videograbadora en tener cintas pregrabadas de películas populares disponibles para alquiler. Al igual que el formato VCR de Philips, el casete cuadrado de Cartrivision tenía dos carretes de cinta de media pulgada montado uno encima de otro que podían grabar hasta 114 minutos. Los videocasetes de películas conocidas de la época podían ser solicitadas mediante un catálogo y era enviado por correo y luego de verla debían ser devueltas al minorista. Otros videocasetes con temas deportivos, viajes, arte y otros, también estaban en el catálogo. Además, estaba disponible en el mercado una cámara monocroma para filmar videos caseros. El Cartrivision comenzó a venderse en junio de 1972 y tres meses después, se dejó de vender debido a sus bajas ventas. No fue hasta entrada la década de 1970 que las compañías europeas y japonesas desarrollaron máquinas técnicamente más avanzadas y cintas de mayor duración, fue entonces cuando el VCR comenzó a convertirse en un producto de consumo masivo. Para 1980 existían tres estándares técnicos en competencia, con diferencias y videocasetes físicamente incompatibles. VHS vs. Betamax: La guerra de los formatos Los dos estándares más conocidos fueron: Betamax de Sony (también conocido como Betacord o simplemente Beta), y el VHS de JVC, quienes batallaron por las ventas en lo que se conocería posteriormente como la original y definitiva guerra de los formatos. Betamax fue el primero en ser lanzado al mercado en noviembre de 1975 y fue criticado por muchos al ser demasiado sofisticado tecnológicamente. Sin embargo, el formato rival: VHS (presentado en septiembre de 1976) contaba con mayores tiempos de grabación, por lo que era más aceptado particularmente en el negocio de alquiler de cintas. Así el VHS empezó a tomar ventaja, y cada vez salieron más grabadores de VHS y más películas en este formato, dejando de esta manera a Betamax fuera del mercado. Se han dado varias razones para el fracaso del formato Beta. Algunos indican que VHS ganó porque desde el principio contaba con el doble de tiempo de grabación, dado que el formato Beta estaba limitado a una hora de grabación, aunque pronto fue remplazado por la versión Beta II que permitía dos horas de grabación. El Beta I ya estaba obsoleto cuando llegó a Europa en 1978. Otros atribuyen el éxito del VHS a la gran disponibilidad de pornografía en este formato, reflejando la larga tradición que muestra que la pornografía es la fuerza conductora que impone los nuevos formatos (Internet viene a ser un ejemplo obvio). JVC y Sony usaron diferentes modelos de marketing para su tecnología: JVC licenció su tecnología VHS a otras compañías de electrónica como Zenith y RCA, los cuales produjeron VCRs de bajo costo, enriqueciendo de esta manera a JVC a través de los derechos pagados por su licencia. Por otro lado, pocas compañías fueron licenciadas para producir equipos Beta. El formato Philips V2000. Un tercer formato, el Video 2000, o V2000 (también conocido como "Casete compacto de video"), fue introducido por Philips en 1978, y fue vendido en Europa y en Argentina. Los casetes V2000 tenían dos caras, y al igual que en los casetes de audio, tenían que ser extraídos hacia arriba cuando había trascurrido la mitad de su tiempo de grabación. La cinta de media pulgada contenía dos tracks paralelos de un cuarto de pulgada, uno para cada lado. Tenía una duración de cuatro horas por lado. El V2000 estuvo en el mercado después de sus dos rivales. Sus características limitadas y una reputación de poca fiabilidad, limitó las ventas antes de que fuera cancelado en 1985. Batallas legales A principios de 1980, las compañías fílmicas de EE. UU. pelearon para suprimir el aparato del mercado consumidor por supuestas violaciones de derechos de autor. La Corte Suprema de ese país ordenó que el aparato fuera permitido solo para uso privado, de esta manera se garantizaba la aceptación en el mercado. Pero en los años siguientes, las compañías fílmicas encontraron que al grabar en video, sus productos habían logrado incrementar sus ventas. Sin embargo, las cadenas de televisión encontraron en la difusión de la videograbadora una amenaza a su negocio de publicidad porque los televidentes tienen la posibilidad de poner pausa para omitir la grabación de los cortes comerciales que interrumpen la transmisión del programa o película que estén grabando. El final de los sistemas analógicos A finales de los años 90 y principios del 2000, el DVD gradualmente se impuso sobre el VHS como el formato más popular para reproducción de videos pregrabados. Los grabadores de DVD y otros grabadores de video digital han empezado recientemente a bajar su precio en países desarrollados. El alquiler de DVD en los Estados Unidos superó por primera vez al VHS en junio del 2003. De este modo, al observar y estudiar los objetos en un museo, es posible conocer historias de inventos que fueron modificando nuestro modo de vida y a su vez ellos mismos fueron cambiando hasta desaparecer en algunos casos. Por: Museólogo Daniel Boh - Museo Punta Hermengo museomiramar@fundacionazara.org.ar

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