MÉTODO MONTESSORI
La italiana María Montessori (1870-1950), renovó la enseñanza desarrollando un método que se aplicaría en sus comienzos en escuelas italianas y luego en todo el mundo, el Método Montessori.
En 1896, se convierte en la primera mujer médica en Italia, estudia antropología y obtuvo un doctorado en filosofía, asiste a uno de los primeros cursos de psicología experimental y desarrolla su propia clasificación de enfermedades mentales. Pedagoga, profesora y escritora, revolucionó los parámetros educativos de la época, poniendo al niño como auténtico protagonista de todo el proceso educativo. Se basa en fomentar la iniciativa y capacidad de respuesta del niño a través del uso de un material didáctico especialmente diseñado. Proponer una gran diversificación del trabajo y la máxima libertad posible, para que el niño vaya aprendiendo por sí mismo y al ritmo de sus propios descubrimientos.
En su Método se debe dar al niño un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, real, cada elemento debe tener su razón de ser para el desarrollo del niño.
El aula debe ser a la medida de los niños (estanterías bajas, diferentes tamaños de sillas y mesas), tener zonas con diferentes temas, con materiales y bibliografía, el niño tiene libertad de movimientos y puede elegir trabajar solo o en grupo, cada uno lo hace a su ritmo y estilo, siempre respetando el orden, debe dejar todo en su lugar para ser usado por otros.
Dentro de esa libertad y autodisciplina se promueve la independencia, para que encuentre actividades que le den respuestas a sus necesidades evolutivas.
Las aulas agrupan niños de tres edades distintas: menores de 3 años, de 3 a 6 años, de 6 a 9, y de 9 a 13 años. Esto favorece la cooperación espontánea, el deseo de aprender, el respeto entre los niños y la incorporación profunda de conocimientos que se logra cuando un niño enseña a otro.
Los principios básicos del Método Montessori son:
- La mente absorbente de los niños: el niño tiene la capacidad maravillosa y única de absorber conocimientos. Aprende todo inconscientemente, pasando poco a poco a la consciencia. Tiene una capacidad de absorción infinita.
- Los períodos sensibles: son aquellos en que puede adquirir una habilidad fácilmente, son momentos pasajeros y son exclusivos para la adquisición de un conocimiento determinado. Montessori los describe así: entre los 2 meses y 6 años, el periodo sensible del lenguaje. Desde más o menos los 18 meses hasta los 4 años, el periodo sensible de la coordinación de movimientos. Desde más o menos el nacimiento hasta los 6 años, el periodo sensorial del orden. Desde más o menos los 18 meses a los 5 años, el periodo sensorial del agudizamiento de los sentidos. Desde más o menos los 2 años y medio hasta los 6 años, el periodo sensorial del comportamiento social, y un periodo muy corto en el transcurso del segundo año, el periodo de los pequeños objetos.
- La autonomía de los niños: El material se coloca donde el niño puede tomarlo y guardarlo solo. Solo cuando el niño pide ayuda interviene el adulto, así se favorece la autonomía desde los primeros años. La fórmula de María Montessori lo resume “Ayúdame a hacerlo solo”.
- El ambiente preparado: El diseño del ambiente se basa en los principios de belleza y orden, se ha organizado cuidadosamente para el niño. Son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros. El material didáctico específico de vida práctica, vida sensorial, lenguaje y matemáticas es un elemento esencial de este ambiente.
- El papel del adulto: Su función es la de guiar al niño, darle a conocer un ambiente bueno y cómodo. Estar al servicio del niño educando y cultivando en él la humildad, la responsabilidad y el amor.
- La autoeducación: Esta se consigue creando un ambiente libre, con materiales autocorregibles así el niño puede ver sus errores y aprender de ellos teniendo en cuenta los sentidos, ya que los niños pasan por diferentes periodos sensitivos.
- La ayuda de pares: Montessori promueve que ante la duda el niño consulte primero a sus pares, luego a un compañero de mayor edad, luego un libro y si no entonces acuda a un adulto. Así muchas veces resuelve el problema sin la ayuda de un adulto y gana independencia.
Montessori observó que a través de cuatro periodos el niño evoluciona a la adultez, los llamó “Planos del desarrollo”. Sostiene en su libro “La mente absorbente” que cuanto más cuidamos las necesidades de un periodo, mayor éxito tendrá el periodo siguiente.
Desde el nacimiento hasta los 6 años, el niño incorpora todos los aspectos, buenos y malos, del ambiente que lo rodea, el lenguaje y la cultura, este es el plano de la mente absorbente.
Desde los 6 años a los 12, es el segundo plano de la mente razonadora, el niño explora el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto.
En el tercer plano, de los 12 a los 18 años, el adolescente tiene una mente humanística, quiere entender la humanidad y cómo puede el mismo contribuir en la sociedad.
De los 18 a los 24 años, es el cuarto y último plano, el adulto explora el mundo con una mente de especialista y se hace dueño de su propio lugar en él.
Hoy en día es difícil comprender el impacto que tuvo Montessori en la renovación de los métodos pedagógicos a principios del siglo XX. Sus innovaciones radicales hoy parecen evidentes e incluso demasiado simples, pero estos principios innovadores, le crearon numerosas dificultades, tuvo que abandonar Italia durante el fascismo, éste educaba para obedecer órdenes, y no para pensar y ser libres. Los convertía en instrumentos de guerra y no de paz.
En su exilio vivió en España, Holanda y la India, su experiencia bélica la llevó a profundizar los temas educativos relacionados con la paz, por lo que fue nominada al Premio Nobel de la Paz, en tres oportunidades. En 1947, regresó a Italia, su Método ya era reconocido mundialmente. En los últimos años de su vida participó de modo notable y competente en los trabajos de la U.N.E.S.C.O.
Montessori se basaba en la idea de que el niño educado con pleno respeto a su libertad y a sus infinitos recursos debía ser el educador del adulto, el regenerador de la humanidad, y que la formación del hombre según los principios predicados por ella podía y debía garantizar el triunfo de la justicia y de la paz en el mundo.
“ Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de su actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia”.
Por: María Mar -Fuente: Internet
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