LO QUE MATA ES LA INFLACIÓN…..
Esta no es la primera vez que tratamos el tema de la inflación. Y con tristeza debo decir que, seguramente no será la última. El tema es uno de los mas recurrentes y complejos de resolver para las economías de los Estados. Lo sabemos bien…..
Para refrescar la memoria, la inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en un mercado durante un período de tiempo determinado. Este fenómeno va, necesariamente acompañado de la pérdida del poder adquisitivo del dinero. Y como podemos apreciar, gracias a nuestra experiencia práctica, al disminuir el poder de compra del dinero, este se ve depreciado. Y eso no afecta solo al consumo presente, sino al futuro, es decir, al ahorro.
Según sean sus causas, la inflación tiene diversos “orígenes”: puede deberse a un incremento de los costos, en cuyo caso se eleva el costo de las materias primas, como por ejemplo la energía, el petróleo, etc. En ese caso, para no perder las ganancias que hacen rentable el negocio el productor traslada esos costos crecientes al precio del producto o servicio del que se trate. Hemos visto una enorme cantidad de ejemplos de este tipo en los constantes incrementos del precio de la nafta, atribuidos al incremento del precio internacional del petróleo. Y aquí es interesante observar el grado de dependencia de una economía en relación a los avatares de la economía global: los países importadores del bien en cuestión padecerán mas esos incrementos que aquellos independientes, es decir, productores del bien o marcadores de su precio en el mundo.
En segundo término, podemos hablar de inflación de “consumo”: se produce porque un aumenta la demanda de determinados productos cuya oferta es incapaz de satisfacer. Es decir, crece la demanda pero no es acompañada por una oferta consecuente. Esto incrementará el precio de esos bienes, y de aquellos que son sus sucedáneos. Aquí los ejemplos son abundantes también: los incrementos en los lácteos, o en las verduras por cuestiones estacionales. Aquí es también muy importante el tema de la disminución de la oferta: en el caso de inundaciones o sequías, o de desastres naturales, los bienes que se ven directamente afectados por estas circunstancias suben su precio, a veces desproporcionadamente.
Existe además un tercer tipo, que para muchos es una suerte de “problema psicológico”, ya que es la inflación “autoconstruida” o “inflación por expectativas”, la que podría ayudar a explicar el caso de nuestro país. Este tipo se produce cuando en una economía se anticipan futuros incrementos de precios. Es una especie de profecía autocumplida: la perspectiva de “perder” frente a la inflación convierte a los particulares en corredores en busca de “adelantarse” a esos incrementos. Este es el caso más habitual en nuestro país: los asalariados en sus negociaciones sindicales, en pugna permanente por “ganarle a la inflación” son el ejemplo más claro al respecto. Pero también lo son los que alquilan sus propiedades, al incrementar los contratos de alquiler. Y podríamos citar otros tantos ejemplos que hacen a nuestra realidad. En esa corrida demencial por no perder, esos grupos hacen perder al conjunto, pues esos incrementos van trasladándose a los demás precios de bienes y servicios y generan una espiral ascendente que, en países como el nuestro, fuertemente dependientes del mercado externo, y con serias dificultades para establecer políticas de largo plazo, son difíciles de frenar, por no decir imposible. Desde el año 2009 la Argentina “pierde” contra la inflación, en una batalla desigual y que se cobra, año a año, muchas víctimas. Los números de pobreza así lo prueban.
Si bien como conclusión, debemos mencionar que la mayoría de los “expertos en economía” coinciden en que un grado de inflación leve es, incluso deseable, como regulador de la actividad económica tendiente al crecimiento y desarrollo, la realidad es que si no está “administrada” competentemente por las autoridades de una economía, es un peligro enorme. Y las pruebas están a la vista….
Por: Lic. (Mg) Milena Barada
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