CONOZCAMOS AL DT ENRIQUE. PARTE TRES


 

Luego del 1er año jugando en Estudiantes de La Plata, Helena y Enrique compraron una casa en City Bell, viajaron a Miramar para casarse por civil y por iglesia. Al mismo tiempo se enteraron que pronto vendría su primer hijo, aprovecharon para irse de viaje de bodas y de futuros padres a Bariloche por una semana para después, Enrique, se presente en el Club para hacer la pretemporada. Mientras transcurrían los meses de embarazo, Helena seguía disfrutando de pintar los cuadros con motivos marítimos. Cuando nació el hijo en la ciudad de La Plata, al que llamaron Juan Enrique, los padres de Helena, la acompañaron durante el parto, mientras Enrique debía jugar un partido en Tucumán contra Atlético por el Nacional de aquel entonces. Se perdió el parto, pero para su alegría, metió un gol para ganar el partido y la felicidad fue total cuando llego a conocer a su hijito y reencontrarse con la familia.
Enrique se había consolidado en la primera de Estudiantes y el DT Bilardo lo consideraba titular en el equipo. Al cumplir el tercer año en el Club, el equipo del Narigón consiguió el sub-campeonato del Torneo Nacional, quedo a un punto de River Plate que se consagro campeón y clasifico para la Copa Libertadores.
Con el subcampeonato en el bolsillo, el DT Bilardo deja la dirección de Estudiantes de La Plata contratado por el Deportivo Cali de Colombia. Al hacerse cargo del plantel en Colombia, el Narigón solicita algunos refuerzos, el primero en llegar es Héctor Scotta y el segundo que solicita es Enrique Álvarez hablando directamente con los dirigentes de Estudiantes. Cuando el Club le comunica la solicitud al jugador quedo sorprendido, habla con Helena, ven que es una gran oportunidad deportivo y económica, porque el DT lo pedía directamente, Juancito ya tenía 2 añitos, Helena podría seguir con sus estudios de música y con su taller de pintura, haciendo música y conocerían otra personas y nuevas costumbres, solo lamentaba no poder jugar la Copa libertadores a la que había clasificado Estudiantes, pero era joven y algún año iba a tener otro oportunidad, entonces por todo lo anterior decidieron aceptar la oferta. Paso una semana, llegaron a un acuerdo entre los clubes por el dinero, Enrique arreglo su contrato, solo faltaba hacerse la revisación médica y física. Para eso viajo a Colombia, lo encuentran en perfecto estado físico, firma el contrato y fue presentado a los hinchas y a la prensa. Cuando se encuentra con los compañeros, se entera que hay varios argentinos y uruguayos, además de los colombianos. En seguida se acerca un uruguayo, el Muro Llanos, quien le ofrece un mate y se pone a charlar, otro que se acerca es un argentino, el Tigre Benítez y así fueron presentándose todos los futuros compañeros hasta que llega Scotta, el Gringo, un goleador consagrado, quien con mucha humildad le da la bienvenida. Enrique se sintió muy feliz y se lo agradeció a todos. El uruguayo, le siguió cebando mate y le sugirió buscar una vivienda por el barrio donde alquilaban el Tigre Benítez, Scotta, además de Él y otros compañeros. Los dirigen-tes le alquilaron una casa en el barrio que le dijo el Muro y se volvió a la Argentina a buscar a su familia. Mientras Enrique arreglo todo con su nuevo club, Helena con Juancito se fueron a Miramar a pasar unos días en familia. Cuando llego Enrique, pasan el fin de semana en Miramar, luego viajan a La Plata para cerrar la casa, preparan el equipaje y 2 días después se fueron a Ezeiza para volar a Colombia.
Cuando llegaron a Cali, Colombia, fueron esperados por 2 dirigentes que los llevaron directo a la casa que le habían alquilado. Se estaban instalando cuando llegaron el Muro y el Tigre, los compañeros del Club, felices de que estaban a pocos metros, enseguida le ofrecieron un mate, se presentaron con Helena, conocieron a Juancito y se despidieron hasta la mañana siguiente para ir al entrenamiento.
Con el correr de los días se fueron conociendo las familias, juntándose a comer, a charlar, para que jueguen los chicos y conocerse entre todos. Cuando Enrique le pregunto a Walter Llanos porque le decían el Muro le respondió: “Al viejo Llanos le gustaba poner nombres que las silabas decían algo en inglés, es decir, a mí que soy el mayor, me llamo Walter Antonio Llanos es decir “WALL” que en ingles quiere decir “pared o muro” por eso me dicen “Muro”. Tengo un hermano que le decimos “Llama” porque le pusieron Carlos Alberto Llanos es decir “CALL” que en inglés es “llamar” o algo así y mi hermana que se llama Bibiana Ester Llanos es decir “BELL” le decimos “Campanita”. Como ves era muy creativo don Llanos.” mientras se reían, el Muro continuo: “Nosotros también estamos medios locos, como mi viejo, porque a mi hijo le pusimos Benicio Ulises Llanos Artigas, por supuesto le decimos “Bulla” y a la nena, que apenas tiene dos meses, le pusimos Beatriz Elena Llanos Artigas por eso le decimos “Bella” y los apodos le van justo. Además, a mi señora le decimos CLAU, pero no se llama Claudia, se llama Cecilia Laura Artigas Uriburu, es decir CLAU.” Enrique no podía dejar de reírse y, a la vez, asombrarse por todo lo que contaba Walter.
Los muchachos terminaron la pretemporada, jugaron partidos amistosos y empezaron el campeonato. En la quinta fecha se vino el Clásico contra América de Cali, un partido muy esperado porque ambos equipos estaban en la cima de la tabla. El DT Bilardo planeo el partido con un esquema de tres delanteros con Enrique por derecha, Scotta por el medio y el Tigre Benítez por izquierda. El partido se desarrollaba con mucha vehemencia en todas las jugadas, el árbitro marcaba cada falta y la tarjeta no aparecía. Hasta que Enrique recibe la pelota, toca por un costado y recibe una violenta falta por el Nº3 del América quien es amonestado. Enrique queda tirado en el suelo con el tobillo derecho maltratado, debiendo salir por unos minutos, de la cancha. El primer tiempo termino con un empate 0 a 0. En el segundo tiempo, apenas comenzado, se escapa Enrique de la marca de su marcador, lanza un centro al punto del penal que Scotta capitaliza con tremendo derechazo que vence las manos del arquero, colocando el 1 a 0 para el Cali. Sigue el juego, hasta que la pelota vuelve hacia la franja derecha, Enrique la domina nuevamente, hace pasar de largo al Nº3, va hasta el fondo y lanza un nuevo centro hacia atrás, el Nº2 logra despejar a medias, pero el Tigre que entraba por el centro, con su zurda de lujo, coloca la pelota en el ángulo izquierdo del arquero para poner el 2 a 0. El marcador de punta de la derecha mantenía una marca pegajosa sobre Enrique, le quería ganar anticipándolo, porque si lo dejaba dominar la pelota quedaba desairado. El Tigre metió una pelota cruzada de izquierda a derecha que Enrique quiso detener con el pecho, en ese instante sintió un fuerte choque en el cuerpo, sobre todo en la cabeza, era su aguerrido marcador quien se lo llevó por delante, como consecuencia del duro choque ambos jugadores quedaron tendidos en la cancha con cortes en el cuero cabelludo, tuvieron que volver al campo de juego con un vendaje que les cubría toda la circunferencia de la cabeza. El partido continuaba, autorizados por el árbitro, volvieron al campo los dos, un minuto después, viene un centro del Tigre pasado al área y Enrique entrado por su sector, le gana en el salto a su marcador, olvidándose del vendaje en la cabeza, mete un cabezazo que se convierte en el 3 a 0, poniendo cifras definitivas en el clásico. Cuando termino el partido se le acerca su marcador, el Nº3, quien era un hombre pequeño y morrudo con cara de pocos amigos, y le dice: “Te felicito, hicieron un gran partido, pero vos jugaste muy bien ¿cambiamos la casaca?” Enrique quedo sorprendido y le dice: “Déjate de joder, ¿me cagaste a patadas, me rompiste la cabeza y ahora queres cambiar la camiseta?” El jugador del América lo miro de frente y le dijo: “Juego con lealtad y doy todo por mi equipo, todo lo que pasa en la cancha queda ahí adentro y se reconocer a mis buenos adversarios, entonces ¿cambiamos la casaca?” Enrique lo miro, se sacó la camiseta y se la entrego, tomando la suya. Al año siguiente lo tendría de compañero en el Deportivo Cali, por pedido de Bilardo.
Los lunes era el día libre, justo el día postpartido, normalmente se juntaban las familias de Enrique, del Muro y del Tigre, hacían un asado en alguna de las tres casas y se divertían mucho. Ese lunes había un asado en la casa del Tigre, los muchachos charlaban al lado de la parrilla, con el tema futbol como prioridad. Enrique comenta: “Teniendo al Narigón como técnico, aprendemos mucho de estrategia y conocimientos sobre el juego. Hace más de tres años que estoy con él y sigue sor-prendiéndome con sus pensamientos.” “Si, es un innovador del futbol - dice el Tigre -. Nos sorprende a cada rato.” El Muro ceba un mate mientras comenta: “No vieron lo que nos está haciendo hacer en los entrenamientos este tipo? Ya van como 3 entrenamientos que nos para de una manera distinta del 4-3-3 que jugamos siempre. El Negro va al arco, pero a Ángel lo pone libre en el fondo, al Gorila y al Cabeza los hace seguir a los delanteros contrarios, el DT los llama “stopper” o algo así, luego el Tano va por izquierda y Yo voy por derecha pero nos situamos a la altura de los dos medios del Pulpo y el Chueco, entre todos conformamos una línea de 4, adelante nuestro te pone a vos, Tigre y a Enrique con el Gringo los hace mover por todo el frente del ataque. Cuando perdemos la pelota el Tano y Yo debemos bajar rápido y formar una línea de 5. Es decir, cuando atacamos somos un 1-2-4-1-2 y cuando defendemos somos un 5-2-3.” (Continuara)
Por: Juan Bermudez - enjuber@hotmail.com

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