CONOZCAMOS AL DT ENRIQUE. 2DA PARTE
Enrique siguió creciendo en el equipo, no dejo la primera de Atlético por muchos partidos y cuando termino el secundario estaba decidido a probar suerte en otras ligas. Al irse a Buenos Aires para ver si seguía una carrera universitaria, decidió primero irse a probar al Club Almagro de fútbol, cuando lo vieron jugar, rápidamente lo hicieron quedarse. Jugo durante dos años en el Club hasta que lo compro Estudiantes de La Plata. El Club le alquilo un hermoso departamento en el centro de la ciudad de La Plata, sus ingresos se incrementaron de acuerdo a un jugador de primera y sabiendo que Helena había ido a estudiar a la Facultad de Bellas Artes de La Plata, se podían ver casi todos los días. Helena tenía otro gran conocimiento: tocaba muy bien el piano. Enrique para su cumpleaños la había comprado uno y lo tenían en el departamento. Además, estaba la otra pasión de Helena, la pintura, fundamentalmente las pinturas de los paisajes marítimos y necesitaba un espacio para poder realizarlos que lo encontró volviendo una habitación en su estudio de arte. ¿Cómo había nacido esta pasión de Helena? Su madre era una aficionada a la pintura y como Helena era una pequeña muy inquieta, no la dejaba pintar tranquila, hasta que descubrió que se quedaba tranquilita cuando la daba un pincel, unas acuarelas y un papel. Le gustaba que la niña la acompañe dibujando cosas y estaba feliz que la acompañe. Con los años, Helena fue creciendo y mejorando muchísimo los dibujos hasta que termino haciendo cosas mucho más interesantes que su madre. En La Plata, Helena pasaba mucho tiempo en el departamento de Enrique. Casi todos los fines de semana él tenía que concentrar, por lo tanto, no iba ni a dormir entonces Helena se hacía cargo del departamento y aprovechaba para pintar todo lo que podía.
Un martes a la mañana, suena el portero eléctrico del departamento de Enrique y atiende Helena: “¿Quién es?” pregunta. Le contestan: “Carlos Bilardo, el DT de Enrique, ¿Enrique esta?”. “No, no se encuentra ¿quiere que le diga algo?” pregunta Helena. “No. No señorita… ¿podría subir a hablar un minuto con Ud.?” “Pero… bueno pase, Señor. Lo espero arriba.” Le dice Helena. Cuando suena el timbre del departamento, abre la puerta y se encuentra con Carlos Bilardo, ella no lo conocía personalmente, pero al decir DT de Enrique, lo invita a pasar. Bilardo entra y pregunta: “¿Enrique no está? No… no, ya me dijo que no está, bueno en realidad yo quiero hablar con Ud. Melena, no…no… perdón quise decir Helena -hablaba sin parar y Helena solo atinaba a escuchar- bueno estoy acá para pedirle a todas Uds. es decir a todas las parejas de los jugadores, yo ya he hablado con todas las demás, menos con Ud. Señorita, porque Enrique hace poco que esta en el plantel, mi pedido es que las parejas de mis jugadores nos ayuden con el plantel, es decir, Ud. se preguntará ¿Cómo podemos nosotras ayudar? Bueno pueden ayudar y mucho. Por ejemplo, este domingo jugamos el Clásico contra Gimnasia, ¿Ud. Sabe que el clásico de Estudiantes es contra Gimnasia? No importa si lo sabe o no, pero es así y Enrique va a jugar su primer clásico, por lo tanto, tiene que estar muy concentrado y con todo su poderío físico, ¿me sigue?” “Si” balbucea Helena. “Bárbaro. Mejor. Bien, yo les pido máxima concentración y acá es donde yo les pido colaboración a sus parejas. Por ejemplo, esta semana tienen que comer las dietas que les damos, no se pueden salir de ellas y son Uds. quienes tiene que ayudarnos a que las cumplan, me explico. Es decir, les pedimos que coman juntos y lo mismo o con pocas variantes. También, Uds. son muy jóvenes, tienen toda la belleza del amor y del sexo, entonces les pedimos, a todas, eh… (carraspea y sigue) que las relaciones sexuales sean tranquilas en lo posible el gasto mayor sea de Uds. las mujeres, sobre todo a partir del día antes del viernes donde la concentración les dará abstinencia, (carraspea y sigue). En el postpartido, las relaciones sexuales, si se dan en la noche del domingo, nos tienen que ayudar, tienen que ser las mujeres las que se coloquen arriba así los muchachos hacen menor esfuerzo. Perdón, Helena, quiero ser claro y no incomodarla con mis pedidos, perdón otra vez, pero es una colaboración más que le pedimos con todo el cuerpo técnico. (al ver la cara de Helena) No… no… no me diga nada, solo quiero pedir disculpas por lo que he hablado por todo lo dicho, pero esperamos que Enrique tenga un gran partido para felicidad de todos los hinchas, de Ud. Helena, de toda su familia y de todos los compañeros. Helena, discúlpeme una vez más, pero tenía que venir a hablar con Ud. (se está por ir y le dice) Ah, una cosita más, durante nuestra charla, no he podido dejar de mirar ese tremendo cuadro que tienen colgado en esa pared. Me llamo la atención desde que entre en este departamento, no se mucho de pinturas, oh bah algo conozco… por eso me llamo la atención y no quería irme sin preguntar como llegó a estar ahí colgado”. Al fin paro un segundo Bilardo y Helena pudo meter un bocadillo: “Ese cuadro está ahí colgado porque lo pinté yo y respecto a todo lo demás, confié en Enrique, él es muy responsable.” Dice con un poquito de fastidio. “Si… si claro, perdón por todo lo que le dije, él es muy responsable, no tengo dudas, no se fastidie por favor, pero siempre que podemos ayudar, tenemos que ayudar para que nada quede librado al azar. (vuelve la mirada a la pintura y sigue). Asique esa pintura ¿es suya? La felicito, señorita, es realmente sugestiva, muy llamativa y atrapa las miradas. La felicito otra vez. Bueno, gracias por su tiempo, ya me tengo que ir. (mientras le estira la mano para saludarla, agrega) Le agradezco su tiempo y que siga creando cosas tan bellas como esa pintura. Que siga bien Helena, si, si, Helena, estoy bien, estoy bien. Hasta otro momento querida, salúdelo a Enrique y gracias por todo.” Se fue como llego, rápidamente, y se metió en el ascensor. Helena quedo impactada, en la cabeza le daban vueltas todas las palabras del DT, por momentos le daba gracia el torbellino de cosas que le dijo y en otros momentos le parecía que este tipo estaba reloco. Se debía tranquilizar y ver como le contaba todo esto a Enrique, que seguro entendería todo, porque conocía al DT.
Cuando Enrique abrió la puerta del departamento, Helena lo recibió con una sonrisa y paso a contar la visita de Bilardo, Enrique largo la risotada y le dice: “Me estas jodiendo Helena, ¿en serio vino a hablar con vos?” Ella le dice que todo es verdad y él le dice: “Como no va a venir, si está más loco este tipo, pero por eso es un grandísimo entrenador, no hay detalle que se le escape. Cada día aprehendo algo nuevo, es un genio. El domingo tendremos que hacer un gran partido y dejarlo conforme en todo.” “Si, no te quepa la menor duda que está reloco -dice Helena- Ah, además miro mi pin-tura y me dijo que le gustaba mucho, que estaba impactado por la realidad del paisaje o algo así, porque hablaba tanto que me hizo perder, jaja.” “Si, Don Carlos parece un loco, pero no es nada de eso, es muy vivo e inteligente” Siguieron charlando del DT, del cuadro y de otras cosas más. Durante el resto de la semana se comportaron correctamente, cumplieron con la dieta de comidas y sexuales.
El viernes concentraron, el domingo jugaron el clásico contra Gimnasia, ganaron por 4 a 1 con dos golazos de Enrique, teniendo una muy buena actuación y siendo figura de la cancha. Hasta ese momento de su carrera, Enrique tenía muy buenas estadísticas en los clásicos que había jugado, su debut había sido en un Clásico, nunca había perdido ninguno con Atlético, solo tenía un empate con Defensores en Miramar. Jugo varios Clásicos con Almagro, también y no había perdido y en el debut de un Estudiantes vs. Gimnasia, con su gran actuación siguió sin romper la racha y demostró que se predisponía de una manera muy especial para estos partidos clásicos.
Con toda la felicidad llego al departamento después de los grandes festejos, ahí se encontró con Helena, que lo estaba esperando con una copita de champan en la mano y le dice: “Felicitaciones Mi Campeón, jugaste un gran partido, te tengo una fe bárbara para los clásicos, pero ahora, cuando nos vamos a la cama y siguiendo las palabras que decís siempre Mi Amor: “ahora hacemos el salto del tigre, belleza” esta vez lo que haremos será “el salto de La Tigresa, bombón”. Los dos largaron la carcajada, agarraron la botella y las copas, mientras se iban besándose para la habitación.
Por: Juan Bermúdez - enjuber@hotmail.com
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