NUNCA SUBESTIMES AL LIDER
En la historia de la humanidad numerosos son los casos en los que, por diferentes razones, se ha subestimado a determinados líderes o personalidades que fueron emergentes de su época.
La palabra subestimar a menudo es utilizada para denotar el poco aprecio y respeto que se tiene por determinadas cosas o personas. Es decir, siempre implicando algo así como desprecio o, mejor aún, menosprecio. De hecho, según la propia definición del termino, subestimar es “dar a una persona o una cosa menor valor del que verdaderamente tiene o le corresponde”. Y esa correpondencia tendrá que ver, mas o menos, con las capacidades intrínsecas de la personas o cosas de la que se trate, pero también con las circunstancias que rodeen a esa persona o cosa. Por caso, no es lo mismo ponderar el valor de un lingote de oro en medio de un naufragio que hacerlo en la comodidad de nuestra sala.Y esto vale para un capitán de navío.....
A partir de la actuación y consiguiente documentación de la actividad humana en el mundo, veremos que, incluso la postura mas “objetiva” en relación al valor de alguien, ha estado teñida del juicio que el propio autor ha tenido acerca del rol de esa figura. Y esto nos conduce a una nueva cuestión, no menos importante, sobre todo en nuestros días, y que es la cuestión del mérito. En su primera acepción, mérito significa el “derecho a recibir reconocimiento por algo que uno ha hecho”. Pero la palabra tiene una segunda acepción. Y aquí viene lo mas sugestivo: “ valor o importancia que tiene una cosa o persona” .
Todo lo antes dicho, nos trae, al menos dos cuestiones que debemos tener en cuenta a la hora de valorar el rol de una persona, sobre todo en el plano de los liderazgos. En principio, que no solo las supuestas capacidades o discapacidades de algo o alguien son las determinantes a la hora de valorarlos, sino que las circunstancias espacio temporales serán determinantes en esa valoración. El ejemplo antes mencionado puede parecer algo burdo, y de hecho lo es, pero pone de manifiesto que no hay situaciones estáticas, sino que la justa valoración de algo se da de acuerdo al contexto y NUNCA debe hacerse fuera de él. Y esto es particularmente cierto en el caso de las personas que ocuparán cargos de poder.
Sin embargo, no siempre estas estas valoraciones corresponden a una real consideración de las capacidades de esas figuras. Y es aquí donde entra a tallar la segunda cuestión: la de quién hace la valoración. Se subestima a alguien al darle menor importancia de la que merece, ese es un modo de “borrar” de la historia a determinadas personalidades, a través de su invisibilización en los registros, ya sea por considerarlos menos “meritorios” o, simplemente porque quien escribió la historia así lo ha decidido. Hay al respecto numerosos ejemplos de referentes que por poseer determinadas características físicas, psíquicas, estéticas, e incluso no poseerlas, han sido ensalzados o condenados al olvido. El emperador Claudio, una de las personalidades mas importantes en la historia del Imperio Romano, ha sido considerado un idiota, un hombre débil, por sus discapacidades físicas (cojera y tartamudez), las cuales lo hicieron ser absolutamente subestimado en su tiempo, lo que sin dudas selló parte de su vida. Sin embargo, llegó al máximo poder de su tiempo y se propuso mostrar su mérito como líder, a partir del ejercicio de un gobierno que engrandeciera al Imperio y trascendiera su propia existencia. Los historiadores de su tiempo, muchos de los cuales lo subestimaron , y él mismo siendo historiador, se encargaron de transmitir el relato de su vida y su legado, no sin poner en tela de juicio su mérito.
Pero tenemos ejemplos de personalidades que han sido “invisibilizadas”durante décadas, negándoles el mérito que les corresponde en la evolución de la humanidad, hasta que algunas circunstancias los han rescatado del olvido. Un caso paradigmático al respecto es el de Nikola Tesla, un cientício cuyo trabajo teórico ayudó a forjar las bases de los sistemas modernos del uso de la energía eléctrica por corriente alterna, que incluyó el sistema polifásico de distribución eléctrica y el motor de corriente alterna, todo lo cuál contrinuyó al surgimiento de la segunda Revolución Inutrial. Sin embargo, puede haber sido por su carácter, o por el gran enfrentamiento con Thomas Alba Edison, un gigante de su tiempo, con gran prestigio, que su figura quedó relegada y fue totalmente subestimada, hasta que a partir de la década del 90, mas de cincuenta años después de su muerte, su figura fue rescatada por el imaginario popular como una figura de gran mérito en la evolución científica.
Hay quienes fueron subestimados en su tiempo y pasaron a la historia como simples portadores de ciertas características : Iván el Terrible, famoso por su crueldad, versus Alejandro Magno, famoso por sus logros. Uno y otro fueron conquistadores, que en su camino cometieron atrocidades, sin embargo no son reconocidos por la historia de igual modo.....uno como un salvaje, otro como un héroe. Su mérito, lo que le confiere valor a las acciones por ellos realizadas, debió ser enorme para cada cuál en su tiempo. A nivel histórico, sin embargo, no tiene que ver con ese valor objetivamente, sino con la valoración que de ello se hace históricamente. La subestimación llegó al primero. La sobreestimación al segundo. ¿La diferencia? Digámoslo así: la prensa......
La palabra subestimar a menudo es utilizada para denotar el poco aprecio y respeto que se tiene por determinadas cosas o personas. Es decir, siempre implicando algo así como desprecio o, mejor aún, menosprecio. De hecho, según la propia definición del termino, subestimar es “dar a una persona o una cosa menor valor del que verdaderamente tiene o le corresponde”. Y esa correpondencia tendrá que ver, mas o menos, con las capacidades intrínsecas de la personas o cosas de la que se trate, pero también con las circunstancias que rodeen a esa persona o cosa. Por caso, no es lo mismo ponderar el valor de un lingote de oro en medio de un naufragio que hacerlo en la comodidad de nuestra sala.Y esto vale para un capitán de navío.....
A partir de la actuación y consiguiente documentación de la actividad humana en el mundo, veremos que, incluso la postura mas “objetiva” en relación al valor de alguien, ha estado teñida del juicio que el propio autor ha tenido acerca del rol de esa figura. Y esto nos conduce a una nueva cuestión, no menos importante, sobre todo en nuestros días, y que es la cuestión del mérito. En su primera acepción, mérito significa el “derecho a recibir reconocimiento por algo que uno ha hecho”. Pero la palabra tiene una segunda acepción. Y aquí viene lo mas sugestivo: “ valor o importancia que tiene una cosa o persona” .
Todo lo antes dicho, nos trae, al menos dos cuestiones que debemos tener en cuenta a la hora de valorar el rol de una persona, sobre todo en el plano de los liderazgos. En principio, que no solo las supuestas capacidades o discapacidades de algo o alguien son las determinantes a la hora de valorarlos, sino que las circunstancias espacio temporales serán determinantes en esa valoración. El ejemplo antes mencionado puede parecer algo burdo, y de hecho lo es, pero pone de manifiesto que no hay situaciones estáticas, sino que la justa valoración de algo se da de acuerdo al contexto y NUNCA debe hacerse fuera de él. Y esto es particularmente cierto en el caso de las personas que ocuparán cargos de poder.
Sin embargo, no siempre estas estas valoraciones corresponden a una real consideración de las capacidades de esas figuras. Y es aquí donde entra a tallar la segunda cuestión: la de quién hace la valoración. Se subestima a alguien al darle menor importancia de la que merece, ese es un modo de “borrar” de la historia a determinadas personalidades, a través de su invisibilización en los registros, ya sea por considerarlos menos “meritorios” o, simplemente porque quien escribió la historia así lo ha decidido. Hay al respecto numerosos ejemplos de referentes que por poseer determinadas características físicas, psíquicas, estéticas, e incluso no poseerlas, han sido ensalzados o condenados al olvido. El emperador Claudio, una de las personalidades mas importantes en la historia del Imperio Romano, ha sido considerado un idiota, un hombre débil, por sus discapacidades físicas (cojera y tartamudez), las cuales lo hicieron ser absolutamente subestimado en su tiempo, lo que sin dudas selló parte de su vida. Sin embargo, llegó al máximo poder de su tiempo y se propuso mostrar su mérito como líder, a partir del ejercicio de un gobierno que engrandeciera al Imperio y trascendiera su propia existencia. Los historiadores de su tiempo, muchos de los cuales lo subestimaron , y él mismo siendo historiador, se encargaron de transmitir el relato de su vida y su legado, no sin poner en tela de juicio su mérito.
Pero tenemos ejemplos de personalidades que han sido “invisibilizadas”durante décadas, negándoles el mérito que les corresponde en la evolución de la humanidad, hasta que algunas circunstancias los han rescatado del olvido. Un caso paradigmático al respecto es el de Nikola Tesla, un cientício cuyo trabajo teórico ayudó a forjar las bases de los sistemas modernos del uso de la energía eléctrica por corriente alterna, que incluyó el sistema polifásico de distribución eléctrica y el motor de corriente alterna, todo lo cuál contrinuyó al surgimiento de la segunda Revolución Inutrial. Sin embargo, puede haber sido por su carácter, o por el gran enfrentamiento con Thomas Alba Edison, un gigante de su tiempo, con gran prestigio, que su figura quedó relegada y fue totalmente subestimada, hasta que a partir de la década del 90, mas de cincuenta años después de su muerte, su figura fue rescatada por el imaginario popular como una figura de gran mérito en la evolución científica.
Hay quienes fueron subestimados en su tiempo y pasaron a la historia como simples portadores de ciertas características : Iván el Terrible, famoso por su crueldad, versus Alejandro Magno, famoso por sus logros. Uno y otro fueron conquistadores, que en su camino cometieron atrocidades, sin embargo no son reconocidos por la historia de igual modo.....uno como un salvaje, otro como un héroe. Su mérito, lo que le confiere valor a las acciones por ellos realizadas, debió ser enorme para cada cuál en su tiempo. A nivel histórico, sin embargo, no tiene que ver con ese valor objetivamente, sino con la valoración que de ello se hace históricamente. La subestimación llegó al primero. La sobreestimación al segundo. ¿La diferencia? Digámoslo así: la prensa......
Por: Lic. (Mg) Milena Barada
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