SEPTIEMBRE MES DE LA PRIMAVERA
Desde el otoño hasta el solsticio de invierno la energía va hacia abajo, pero a partir del solsticio de invierno, aunque los días continúen siendo más fríos y oscuros que el resto del año, la energía poco a poco va en ascenso hasta llegar a la primavera, momento en que se despliega con toda su fuerza.
El invierno es la estación donde nosotros también, como la naturaleza, nutrimos nuestra energía que nos dará la vitalidad con que contaremos el resto del año. Es como la noche, donde, según la calidad de nuestro descanso nocturno será la vitalidad que tendremos durante el día.
Así como para cuidar nuestra salud y bienestar, procuramos dormir suficientes horas, en el invierno tenemos que encontrar momentos de descanso reparador, es bueno tener en cuenta que en esta estación es donde más tenemos que dormir, y si es posible respetar durante el día momentos de reposo.
Cuando llega la primavera, como en la naturaleza en la que todo crece y se expande con multitud de brotes, flores y hojas, también toda nuestra potencia vital se despliega desde el interior y fluye. Nos volvemos más activos, sobre todo lo notamos si vivimos en contacto con la naturaleza.
La primavera es poderosa para todas las culturas ancestrales, especialmente las que dependían de la agricultura para subsistir, el comienzo de la primavera era el momento más importante del año. Para los chinos la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Chino, como para las culturas precolombinas la Fiesta de la Pachamama, son los festivales más importantes del año.
En todas las culturas antiguas o modernas, las personas vivan en el campo o la ciudad, relacionan la primavera con salir al aire libre, con los jóvenes, los comienzos, la esperanza, lo cálido, el amor, el renacer, lo original. Esa es la energía nueva pura, esencial que brota desde el interior y se expande hacia afuera. Después de la aparente muerte del invierno, la naturaleza nos ofrece esa “primer visión” o primavera cuando se va desplegando en todas sus formas hasta culminar en el verano, cuando la tierra muestra sus frutos en todo su esplendor.
Según el taoísmo las personas junto con el cielo y la tierra, incluyendo sus minerales, animales y vegetales, forman un todo, de modo que lo que está en nuestro interior y lo que nos rodea se reflejan mutuamente y son interdependientes. El filósofo y poeta Chuang Zu escribió este consejo:
“Sé primavera para todas las cosas”.
El invierno es la estación donde nosotros también, como la naturaleza, nutrimos nuestra energía que nos dará la vitalidad con que contaremos el resto del año. Es como la noche, donde, según la calidad de nuestro descanso nocturno será la vitalidad que tendremos durante el día.
Así como para cuidar nuestra salud y bienestar, procuramos dormir suficientes horas, en el invierno tenemos que encontrar momentos de descanso reparador, es bueno tener en cuenta que en esta estación es donde más tenemos que dormir, y si es posible respetar durante el día momentos de reposo.
Cuando llega la primavera, como en la naturaleza en la que todo crece y se expande con multitud de brotes, flores y hojas, también toda nuestra potencia vital se despliega desde el interior y fluye. Nos volvemos más activos, sobre todo lo notamos si vivimos en contacto con la naturaleza.
La primavera es poderosa para todas las culturas ancestrales, especialmente las que dependían de la agricultura para subsistir, el comienzo de la primavera era el momento más importante del año. Para los chinos la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo Chino, como para las culturas precolombinas la Fiesta de la Pachamama, son los festivales más importantes del año.
En todas las culturas antiguas o modernas, las personas vivan en el campo o la ciudad, relacionan la primavera con salir al aire libre, con los jóvenes, los comienzos, la esperanza, lo cálido, el amor, el renacer, lo original. Esa es la energía nueva pura, esencial que brota desde el interior y se expande hacia afuera. Después de la aparente muerte del invierno, la naturaleza nos ofrece esa “primer visión” o primavera cuando se va desplegando en todas sus formas hasta culminar en el verano, cuando la tierra muestra sus frutos en todo su esplendor.
Según el taoísmo las personas junto con el cielo y la tierra, incluyendo sus minerales, animales y vegetales, forman un todo, de modo que lo que está en nuestro interior y lo que nos rodea se reflejan mutuamente y son interdependientes. El filósofo y poeta Chuang Zu escribió este consejo:
“Sé primavera para todas las cosas”.
Por: María Mar - Fuente: Internet
Comentarios
Publicar un comentario