MEDIR EL TIEMPO


Hoy en día podemos saber la hora viendo nuestro reloj pulsera, en el celular, la computadora, la televisión y también escuchando la radio.
Todos sabemos lo importante que es llegar a tiempo, pero no siempre era posible.
A lo largo de la historia el hombre ha creado ingeniosos dispositivos para calcular el tiempo y saber qué hora era.
Hasta hace 175 años, el sol nos marcaba el horario, sin importar el lugar en que se estuviera el mediodía era el mediodía, y se sabía con solo mirar el cielo.
El cambio se produce cuando en el Reino Unido aparecen los primeros trenes. Entre el mediodía de Londres y otras ciudades al oeste de Inglaterra había minutos de diferencia, porque el sol se va moviendo hacia el oeste. Esto empezó a causar problemas; los pasajeros llegaban tarde a tomar el tren y además las imprecisiones en las horas estaban causando accidentes.
Buscando una solución se establece la “hora ferroviaria” en 1840, usando Londres como referencia, se sincronizó por primera vez el tiempo en distintos lugares. A pesar de los numerosos problemas, gradualmente fue aceptado por las poblaciones a las que llegaba el tren.
En la década del 30, en el Laboratorio Nacional de Física en Londres, Louis Essen desarrolló el primer reloj circular de cuarzo, el más preciso para su época.
Los cristales de cuarzo vibran al alcanzar una frecuencia de sonido muy elevada cuando reciben la señal eléctrica adecuada. Esto se conoce como frecuencia de resonancia y es algo que tiene todo lo que se encuentra en el planeta tierra.
En un reloj de péndulo cada movimiento representa un segundo. El cuarzo seria el péndulo, pero es mucho más rápido, vibra a una frecuencia de resonancia que supera en miles a la frecuencia de resonancia del péndulo.
En 1955 aparece el primer reloj de la generación atómica, Essen utilizó el cesio cuya frecuencia de resonancia es mucho mayor que la del cuarzo, este reloj se retrasó un segundo en tres años.
En el Laboratorio Nacional de Física, se encuentra la “fuente del cesio”, una máquina que fija los parámetros para el cálculo de la hora. Tiene una precisión de segundo, que es el potencial retraso, cada 158 millones de años. Para tener una idea de su precisión, solo se habría retrasado un segundo si se hubiera empezado a usar cuando vivían los dinosaurios en nuestro planeta.
Hoy en día se experimenta con elementos como el estroncio y el iterbio, que tienen frecuencia de resonancia mucho mayores.
Si el cesio tiene una frecuencia de resonancia de 9.192.631.770 hercios (Hz), el estroncio la tiene de 444.779.044.095.486,71 Hz.
Un reloj de estroncio diseñado en Estados Unidos, se habría retrasado un segundo si hubiera comenzado a funcionar cuando se formó la Tierra.
En la actualidad estos altísimos grados de precisión son los que permiten la navegación satelital. Los satélites llevan relojes de cesio sincronizados, que les permite triangular colectivamente la posición de una persona u objeto.
El organismo encargado de regular la hora mundial, donde se centralizan datos provenientes de relojes atómicos de los principales laboratorios de tiempo de los distintos países, es el Departamento de Tiempo de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM).
Un equipo de profesionales y técnicos trabajan para proveer la referencia horaria internacional, conocida como tiempo universal coordinado (UTC), coordinando su trabajo con los datos enviados por 80 institutos que operan relojes atómicos, distribuidos en el mundo.
Tanta exactitud nos permite en la vida de hoy utilizar gran cantidad de cosas que no podríamos disfrutar si no midiéramos el tiempo en forma tan precisa como lo permiten los relojes atómicos. Por ejemplo, el GPS funciona gracias a la sincronización del sistema a través de los relojes que están en los satélites. Podemos tener telefonía celular, comunicación por Internet y todo lo que es red de comunicaciones. Y por supuesto otra cantidad de actividades no cotidianas como los viajes espaciales a lugares cada vez más remotos, que se pueden hacer gracias al mantenimiento de la hora.
Medir el tiempo fue una obsesión a lo largo de la historia:
3.500 A.C.: en Egipto y Sumeria aparece el obelisco, el reflejo de la sombra del sol en una vara fue el primer método que se conoce para medir las horas. El reloj de sol evolucionó a partir de él.
1.600 A.C.: en Grecia la clepsidra, el reloj de agua. También en Egipto y Sumeria. En África y América precolombina también se usaban. En Grecia y Roma se hicieron grandes mejoras en su precisión.
Siglo VIII: en Europa el reloj de arena. También en Grecia y Roma.
Siglo XIV: reloj mecánico, campanario. Generalmente señalaban los momentos de oración, el primero público se inauguró en 1335 en Milán.
Siglo XVI: reloj de bolsillo, surge con la invención del resorte. Los primeros tenían una sola manecilla.
Siglo XVII: reloj de péndulo, el holandés Christiaan Huygens lo creo en 1656. Solo fue superado por los relojes de cuarzo.
Siglo XX: reloj pulsera digital aparecieron a comienzos de la década del 70.
1949: el reloj atómico. El instrumento de medición del tiempo más preciso hasta hoy en día.
Por: Mónica Ramos
Fuente; Internet / Clarin

Comentarios

Entradas populares