EL OTOÑO EN NUESTRO JARDÍN
El Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K), son los tres elementos principales que encontramos en los fertilizantes más comunes, que intervienen en distintas funciones de las plantas.
En el crecimiento de las hojas y su coloración interviene el nitrógeno, en la floración y la formación de raíces el fósforo y en el color y la tolerancia al frío el potasio. Cualquiera de estos nutrientes se puede reponer cuando se ve algún problema en las plantas, que seguramente ya los han consumido.
En esta época del año muchas plantas pierden sus hojas y comienzan un período de reposo, esto provoca cambios en el modo de fertilizarlas. No es necesario fertilizar las caducas en otoño. Si florecen a principios de la primavera, se les puede aplicar uno con más fósforo que los otros elementos.
Las que tienen follaje todo el año, podrán fertilizarse en esta época con un producto equilibrado en nitrógeno, fósforo y potasio.
En todos los casos se debe leer las dosis recomendadas y aplicarlo lejos del tronco, ya que las sales podrían dañarlo.
Una forma más natural de fertilizar es con resaca, turba, o humus de lombriz que además de los nutrientes mejoran la parte física del suelo, provocando la actividad microbiana que mejora la calidad de la tierra.
En el césped, si no hay resiembra de invierno, sólo se debe aplicar potasio, para ayudarlo a tolerar el frio al fortificar sus paredes celulares. Si se resembró con césped de invierno, se debe aplicar fosfato di amónico que ayuda al enraizamiento de las plantas. En el caso de la grama, si tiene hojas amarillentas es por carencia de hierro, por lo que el fertilizante debe tenerlo como complemento.
Para terminar con estos consejos, un modo de aplicar elementos al suelo es colocar sobre el césped una capa fina de humus, tierra negra o resaca, que le aportarán nutrientes y lo mejorarán hasta pasar el invierno.
En el crecimiento de las hojas y su coloración interviene el nitrógeno, en la floración y la formación de raíces el fósforo y en el color y la tolerancia al frío el potasio. Cualquiera de estos nutrientes se puede reponer cuando se ve algún problema en las plantas, que seguramente ya los han consumido.
En esta época del año muchas plantas pierden sus hojas y comienzan un período de reposo, esto provoca cambios en el modo de fertilizarlas. No es necesario fertilizar las caducas en otoño. Si florecen a principios de la primavera, se les puede aplicar uno con más fósforo que los otros elementos.
Las que tienen follaje todo el año, podrán fertilizarse en esta época con un producto equilibrado en nitrógeno, fósforo y potasio.
En todos los casos se debe leer las dosis recomendadas y aplicarlo lejos del tronco, ya que las sales podrían dañarlo.
Una forma más natural de fertilizar es con resaca, turba, o humus de lombriz que además de los nutrientes mejoran la parte física del suelo, provocando la actividad microbiana que mejora la calidad de la tierra.
En el césped, si no hay resiembra de invierno, sólo se debe aplicar potasio, para ayudarlo a tolerar el frio al fortificar sus paredes celulares. Si se resembró con césped de invierno, se debe aplicar fosfato di amónico que ayuda al enraizamiento de las plantas. En el caso de la grama, si tiene hojas amarillentas es por carencia de hierro, por lo que el fertilizante debe tenerlo como complemento.
Para terminar con estos consejos, un modo de aplicar elementos al suelo es colocar sobre el césped una capa fina de humus, tierra negra o resaca, que le aportarán nutrientes y lo mejorarán hasta pasar el invierno.
Por: María Mar - Fuente: Viva/Jardín - Foto: Stocksnap
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