TIBURÓN A LA VISTA
Todavía se sigue recordando e investigando el caso del ataque de tiburón que ocurrió en nuestra localidad el 22 de enero de 1954. La víctima, el joven de 18 años, Alfredo Aubone, se encontraba haciendo “la plancha” a unos sesenta metros de la costa luego de nadar junto a dos amigos, frente al balneario Nº7, en un mar muy calmo y una playa atestada de turistas. Aproximadamente a la una de la tarde, mientras los dos amigos volvían a la costa, Aubone desaparece de la superficie, para salir luego tratando de pedir ayuda mientras su sangre se iba poniendo negra en contacto con el agua. Otra vez, algo lo jala de las piernas, hacia el fondo arenoso. Mientras tanto los amigos de Aubone avisan a los guardavidas. Ángel Fulco llegó primero hasta la víctima, acompañado por Guierriero, Añé y Bado. Al principio no lo podían creer, pero se dieron cuenta que era el ataque de un tiburón, ya que se pudo ver la aleta del animal alejándose del lugar. A pesar del temor a que volviera para seguir atacando, lograron rescatar al joven, que tenía heridas en la axila y brazo derecho, el cual casi colgaba de unos tendones, cortes en ambas piernas, de las cuales la izquierda mostraba sus huesos. La familia Bajos rápidamente desplegó una lona para que no toque la arena. Luego fue llevado al hospital para las primeras curaciones brindadas, entre otros, por el doctor Lucchini. Según alguna versión también fue importante la existencia de plasma en la farmacia de Allende. Finalmente fue trasladado a Mar del Plata para completar las operaciones que terminaron con 250 puntos de sutura. En el momento fue hallado un fragmento de diente, el cual fue fundamental para identificar la especie, el gran Tiburón Blanco (Carcharodon carcharias). Debido a que Aubone, en ese entonces vivía en Estados Unidos, se comunicó con el especialista del Museo y Acuario de San Francisco de California, Walter Follet. El animal tendría unos cinco metros y no más de 6 años de edad.
Luego del hecho, se aventuraron muchas conjeturas sobré por qué la presencia del tiburón en nuestras aguas, más frías que las habituales en las que habita esta especie. Algunos decían que había llegado siguiendo a algún portaaviones norteamericano, algo que se descartó por improbable.
A pesar de esta desagradable casualidad, la presencia de estos peces no sería tan rara. En 2003 se realizó una excavación de un antiguo campamento aborigen de unos 3000 años de antigüedad, ubicado en inmediaciones del arroyo Nutria Mansa en Centinela del Mar. El sitio contenía gran cantidad de huesos de guanaco que habría sido cazados y faenados en el lugar, además de herramientas confeccionadas en piedra. Entre estos objetos se encontraron dos dientes de tiburón blanco que seguramente fueron usados como adorno debido a que presentan surcos tallados para ser atados con algún tiento de cuero. Si bien los grupos de humanos nómades de nuestra región no pescaban en el mar, es posible que hayan encontrado un ejemplar en la costa o quizás algún lobo marino devorado y con algún diente en su cuerpo.
Varios años después del ataque contra Aubone, en nuestra localidad se realizaba la Fiesta del Tiburón, a partir de 1971 organizadas por el Club de Pescadores Albatros. Las mismas en un principio fueron un éxito, pero al tiempo los animales dejaron de aparecer en las fechas del evento, por lo que se fue perdiendo el interés, aunque algunos afirmaban que el estreno en 1975 de la película Tiburón de Steven Spielberg, habría influenciado entre los organizadores ya que se creía que los turistas tendrían miedo de acercarse a la playa.
El caso del tiburón de Miramar sigue vigente ya que se lo toma como referencia permanente. En el año 2015 se realizó la ExpoTiburón en la Plaza del Agua en Mar del Plata, organizado por el INIDEP. Instituto Nacional de Investigación Pesquera. En la misma, junto a gran cantidad de información y curiosidades, se encontraba un espacio dedicado a aquel peligroso visitante de hace más de 60 años.
Por: Daniel Boh - Museo Municipal
www.museodemiramar.com.ar
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