MARIPOSAS, EL MILAGRO DE LA METAMORFOSIS
Figuran entre los seres vivientes más bellos del planeta. Alrededor del año 1400 ya se afirmaba que su nombre deriva de una canción infantil que decía “María pósate”, con el correr del tiempo, el apócope de ambas palabras dio origen a “mariposa”.
Siempre atrajeron la atención del hombre, por eso es que hoy constituyen el orden de insectos más conocidos, además de su llamativa belleza, las mariposas resultan un eslabón clave para la dinámica de la naturaleza, por eso son piezas fundamentales a tener en cuenta en los programas de conservación y educación ambiental.
Las mariposas pertenecen al orden de los lepidópteros y suman unas 170000 especies en el mundo de las cuales sólo el 10% son de hábitos diurnos.
¿Cómo distinguir de manera sencilla las mariposas diurnas de las nocturnas conocidas como polillas? Si bien no existe una regla contundente para separar ambos grupos, hay indicios que simplemente se descubren observándolas con atención: un detalle interesante es verlas cuando se posan para descansar, las nocturnas o polillas, reposan con sus alas en posición horizontal, es decir casi apoyadas en la superficie, en cambio las diurnas las pliegan hacia arriba, verticales a la superficie. Otro aspecto diferencial son las antenas: en el caso de las nocturnas, sus antenas son plumosas, filamentosas, o de otras variadas formas, en cambio las diurnas siempre terminan en forma de maza. El color es otra forma de identificación, aunque hay excepciones, las diurnas suelen ser más brillantes y resplandecientes.
El ciclo de vida de las mariposas se cumple en cuatro etapas bien diferenciadas: huevo, oruga, crisálida y adulto, realizando lo que se conoce como una metamorfosis completa. El tiempo que ocupa cada una de las cuatro etapas mencionadas está sujeto a las variaciones climáticas.
1) Primera etapa, el huevo: La hembra los deposita habitualmente en la cara inferior de las hojas del vegetal que luego comerán cuando sean orugas, los pone en la cara inferior de una hoja para que estén protegidos del sol y la lluvia. Según la especie a la que pertenezca la mariposa, puede depositar desde un solo huevo hasta varias centenas.
2) Segunda etapa, la oruga o larva: su aspecto es de un gusano, al nacer son muy voraces, ingieren la cáscara de su propio huevo, luego la mayoría se va a alimentar de hojas y debido a su dieta rica en clorofila, su color predominante es el verde que les permite mimetizarse con el follaje, aunque según la especie pueden tener colores variados. La etapa de oruga es una etapa crítica porque son un excelente alimento para las aves, reptiles, monos, además de ser parasitadas por avispas y moscas.
3) Tercera etapa, pupa o crisálida: Se produce cuando las orugas son llamadas por la naturaleza a ubicarse colgadas cabeza abajo como si estuvieran pegadas a una rama de su planta nutricia o a cualquier objeto, otras arman cartuchos con hojas de plantas y hay un pequeño grupo que se resguarda en el interior de algún hormiguero, donde sea que la oruga se aloje para generar la crisálida, esta parte de la metamorfosis parece un verdadero truco de magia: por fuera la crisálida o pupa aparece como algo inmóvil, sin vida, sin embargo en su interior se da el milagro…todos los tejidos de la oruga, excepto su sistema nervioso, se licuan y pasan por una serie de transformaciones que harán, como por arte de magia que esa mezcla salga convertida en una bella mariposa.
4) Cuarta etapa: el adulto, rompe la crisálida y sale convertida en una bella mariposa. Todas estas etapas que forman la metamorfosis constituyen un proceso que lleva varios días según la región, influyen factores como luz, humedad y temperatura. Para adquirir la forma definitiva la mariposa permanece quieta por algunas horas con las alas hacia abajo hasta llenar de este modo sus venas con hemolinfa al mismo tiempo que se endurece la quitina que les dará la consistencia necesaria para poder volar. Así se cumple el mágico ciclo de la metamorfosis completa.
En Argentina tenemos más de 1300 especies de mariposas diurnas y se estima que las nocturnas suman varios miles de especies. Más de la mitad de nuestras mariposas se hallan en la selva misionera porque la temperatura y la humedad determinan que esa región del país sea como un gigantesco invernadero con inviernos benignos y enorme oferta vegetal.
¿Qué se sabe de su comportamiento? Obviamente se conoce más la conducta de las mariposas diurnas que la de las nocturnas (polillas). Se sabe que los machos defienden el área ocupada frente a intrusos que pueden ser otras mariposas, otros insectos y hasta pájaros pequeños.
Algunas especies tienen comportamiento migratorio, con la particularidad que no realizan todo el trayecto completo, sino que el itinerario es continuado por las generaciones que van naciendo durante la migración, es muy curioso este hecho que se debe a la vida corta que suelen poseer muchas especies. Uno de los casos más asombrosos es la migración de la mariposa “monarca” de América del Norte que recorre de 3000 a 5000 kilómetros desde el sur de Canadá hasta los valles centrales de México.
En Argentina sabemos de la existencia de mariposas migratorias pero faltan datos para precisar cuáles son las rutas por las que migran, sabemos que la “monarca nativa” realiza desplazamientos entre abril y mayo. Otro caso es la “isoca de la alfalfa” que se mueve en grandes bandadas durante el verano. La “cuatro ojos” viaja en enormes cantidades a fines del verano cruzando a través de la ciudad de Buenos Aires.
Para protegerse de sus predadores, la naturaleza las dotó de la posibilidad de mimetizarse o de camuflarse en el entorno.
¿Qué se conoce como camuflaje?: Se utiliza esta palabra en la naturaleza cuando una especie posee la particularidad de pasar desapercibida en el medio que la rodea gracias a su forma, colores y diseño, muchas mariposas tienen colores y siluetas semejantes a hojas, pueden tener marcas semejantes a líquenes o a nervaduras de hojas secas.
¿ Qué se conoce como mimetismo?: Es la capacidad de una especie de confundirse con otra al imitar sus colores y formas para engañar a sus predadores, así por ejemplo, hay mariposas que se parecen mucho a especies venenosas y como las aves y otros predadores aprendieron a reconocer esos colores de advertencia de las mariposas tóxicas, las evitan.
Además de constituirse en joyas vivientes llenando de color y movimiento los sitios que habitan, las mariposas cumplen roles ecológicos de importancia: las adultas como polinizadoras y las juveniles (orugas o larvas) como controladoras naturales de la biomasa vegetal.
En el mundo hay varias especies de mariposas que se han extinguido y muchas corren el mismo riesgo, Argentina no está exenta de esta situación aunque no se sabe con claridad cuántas son las especies en peligro. Nos resta un largo camino para estudiarlas en profundidad.
Para acercarnos a ellas los mejores sitios son las flores donde acuden en busca de néctar. La mejor forma de atraer mariposas a nuestro entorno es cultivar plantas nativas que se caractericen por flores que atraigan a las adultas (mariposas) y que además sean la planta nutricia de las orugas, por ejemplo la “pasionaria o mburucuyá “(Passiflora caerulea) es la planta nutricia de la oruga de las bellas mariposas conocidas como “espejitos” por sus destellos plateados al batir sus alas.
Incorporar plantas nativas en nuestro jardín tiene la ventaja adicional de no requerir demasiados cuidados porque al ser nativas de la región están totalmente adaptadas a su clima y suelo. Las mariposas de la zona están a su vez adaptadas a esas plantas. De esta manera sencilla podemos sumar visitantes tan espectaculares a nuestro jardín como son las mariposas, verdaderas joyas vivas que nos regala la naturaleza.
Siempre atrajeron la atención del hombre, por eso es que hoy constituyen el orden de insectos más conocidos, además de su llamativa belleza, las mariposas resultan un eslabón clave para la dinámica de la naturaleza, por eso son piezas fundamentales a tener en cuenta en los programas de conservación y educación ambiental.
Las mariposas pertenecen al orden de los lepidópteros y suman unas 170000 especies en el mundo de las cuales sólo el 10% son de hábitos diurnos.
¿Cómo distinguir de manera sencilla las mariposas diurnas de las nocturnas conocidas como polillas? Si bien no existe una regla contundente para separar ambos grupos, hay indicios que simplemente se descubren observándolas con atención: un detalle interesante es verlas cuando se posan para descansar, las nocturnas o polillas, reposan con sus alas en posición horizontal, es decir casi apoyadas en la superficie, en cambio las diurnas las pliegan hacia arriba, verticales a la superficie. Otro aspecto diferencial son las antenas: en el caso de las nocturnas, sus antenas son plumosas, filamentosas, o de otras variadas formas, en cambio las diurnas siempre terminan en forma de maza. El color es otra forma de identificación, aunque hay excepciones, las diurnas suelen ser más brillantes y resplandecientes.
El ciclo de vida de las mariposas se cumple en cuatro etapas bien diferenciadas: huevo, oruga, crisálida y adulto, realizando lo que se conoce como una metamorfosis completa. El tiempo que ocupa cada una de las cuatro etapas mencionadas está sujeto a las variaciones climáticas.
1) Primera etapa, el huevo: La hembra los deposita habitualmente en la cara inferior de las hojas del vegetal que luego comerán cuando sean orugas, los pone en la cara inferior de una hoja para que estén protegidos del sol y la lluvia. Según la especie a la que pertenezca la mariposa, puede depositar desde un solo huevo hasta varias centenas.
2) Segunda etapa, la oruga o larva: su aspecto es de un gusano, al nacer son muy voraces, ingieren la cáscara de su propio huevo, luego la mayoría se va a alimentar de hojas y debido a su dieta rica en clorofila, su color predominante es el verde que les permite mimetizarse con el follaje, aunque según la especie pueden tener colores variados. La etapa de oruga es una etapa crítica porque son un excelente alimento para las aves, reptiles, monos, además de ser parasitadas por avispas y moscas.
3) Tercera etapa, pupa o crisálida: Se produce cuando las orugas son llamadas por la naturaleza a ubicarse colgadas cabeza abajo como si estuvieran pegadas a una rama de su planta nutricia o a cualquier objeto, otras arman cartuchos con hojas de plantas y hay un pequeño grupo que se resguarda en el interior de algún hormiguero, donde sea que la oruga se aloje para generar la crisálida, esta parte de la metamorfosis parece un verdadero truco de magia: por fuera la crisálida o pupa aparece como algo inmóvil, sin vida, sin embargo en su interior se da el milagro…todos los tejidos de la oruga, excepto su sistema nervioso, se licuan y pasan por una serie de transformaciones que harán, como por arte de magia que esa mezcla salga convertida en una bella mariposa.
4) Cuarta etapa: el adulto, rompe la crisálida y sale convertida en una bella mariposa. Todas estas etapas que forman la metamorfosis constituyen un proceso que lleva varios días según la región, influyen factores como luz, humedad y temperatura. Para adquirir la forma definitiva la mariposa permanece quieta por algunas horas con las alas hacia abajo hasta llenar de este modo sus venas con hemolinfa al mismo tiempo que se endurece la quitina que les dará la consistencia necesaria para poder volar. Así se cumple el mágico ciclo de la metamorfosis completa.
En Argentina tenemos más de 1300 especies de mariposas diurnas y se estima que las nocturnas suman varios miles de especies. Más de la mitad de nuestras mariposas se hallan en la selva misionera porque la temperatura y la humedad determinan que esa región del país sea como un gigantesco invernadero con inviernos benignos y enorme oferta vegetal.
¿Qué se sabe de su comportamiento? Obviamente se conoce más la conducta de las mariposas diurnas que la de las nocturnas (polillas). Se sabe que los machos defienden el área ocupada frente a intrusos que pueden ser otras mariposas, otros insectos y hasta pájaros pequeños.
Algunas especies tienen comportamiento migratorio, con la particularidad que no realizan todo el trayecto completo, sino que el itinerario es continuado por las generaciones que van naciendo durante la migración, es muy curioso este hecho que se debe a la vida corta que suelen poseer muchas especies. Uno de los casos más asombrosos es la migración de la mariposa “monarca” de América del Norte que recorre de 3000 a 5000 kilómetros desde el sur de Canadá hasta los valles centrales de México.
En Argentina sabemos de la existencia de mariposas migratorias pero faltan datos para precisar cuáles son las rutas por las que migran, sabemos que la “monarca nativa” realiza desplazamientos entre abril y mayo. Otro caso es la “isoca de la alfalfa” que se mueve en grandes bandadas durante el verano. La “cuatro ojos” viaja en enormes cantidades a fines del verano cruzando a través de la ciudad de Buenos Aires.
Para protegerse de sus predadores, la naturaleza las dotó de la posibilidad de mimetizarse o de camuflarse en el entorno.
¿Qué se conoce como camuflaje?: Se utiliza esta palabra en la naturaleza cuando una especie posee la particularidad de pasar desapercibida en el medio que la rodea gracias a su forma, colores y diseño, muchas mariposas tienen colores y siluetas semejantes a hojas, pueden tener marcas semejantes a líquenes o a nervaduras de hojas secas.
¿ Qué se conoce como mimetismo?: Es la capacidad de una especie de confundirse con otra al imitar sus colores y formas para engañar a sus predadores, así por ejemplo, hay mariposas que se parecen mucho a especies venenosas y como las aves y otros predadores aprendieron a reconocer esos colores de advertencia de las mariposas tóxicas, las evitan.
Además de constituirse en joyas vivientes llenando de color y movimiento los sitios que habitan, las mariposas cumplen roles ecológicos de importancia: las adultas como polinizadoras y las juveniles (orugas o larvas) como controladoras naturales de la biomasa vegetal.
En el mundo hay varias especies de mariposas que se han extinguido y muchas corren el mismo riesgo, Argentina no está exenta de esta situación aunque no se sabe con claridad cuántas son las especies en peligro. Nos resta un largo camino para estudiarlas en profundidad.
Para acercarnos a ellas los mejores sitios son las flores donde acuden en busca de néctar. La mejor forma de atraer mariposas a nuestro entorno es cultivar plantas nativas que se caractericen por flores que atraigan a las adultas (mariposas) y que además sean la planta nutricia de las orugas, por ejemplo la “pasionaria o mburucuyá “(Passiflora caerulea) es la planta nutricia de la oruga de las bellas mariposas conocidas como “espejitos” por sus destellos plateados al batir sus alas.
Incorporar plantas nativas en nuestro jardín tiene la ventaja adicional de no requerir demasiados cuidados porque al ser nativas de la región están totalmente adaptadas a su clima y suelo. Las mariposas de la zona están a su vez adaptadas a esas plantas. De esta manera sencilla podemos sumar visitantes tan espectaculares a nuestro jardín como son las mariposas, verdaderas joyas vivas que nos regala la naturaleza.
Por: Bibiana Manfroni
Bibliografía:
Cien Mariposas Argentinas, Juan F. Klimaitis
Editorial Albatros.
Revista Naturaleza y Conservación Nº7.Aves Argentinas.” Joyas aladas. E. Bustos, C. Ferrari.
Cien Mariposas Argentinas, Juan F. Klimaitis
Editorial Albatros.
Revista Naturaleza y Conservación Nº7.Aves Argentinas.” Joyas aladas. E. Bustos, C. Ferrari.
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