UN POCO MÁS SOBRE LAS IDEOLOGÍAS

“En un mundo de entretenimiento planetizado, las cosas
importantes solo puede decirse al margen”.
Octavio Paz, poeta mexicano
Se ha hablado y escrito en demasía sobre el impacto que sufre el pensamiento humano, proveniente de un contacto cada vez más generalizado con el mundo técnico y de la imagen. Entre otros aspectos, se observa una acentuada tendencia a evitar las explicaciones históricas, cuando nos referimos al acontecer humano, en un claro proceso generalizado de “deshistorizar la experiencia “. En la vida cotidiana se percibe también un hecho similar, atribuible a una irrupción cada vez más persistente de los medios de comunicación masivos en los cuales como dijo alguien:” todo tiende a achatarse en el plano de la contemporaneidad y de la simultaneidad”, y podemos agregar también en la trivialidad.
Algunos han considerado que con tales actitudes se nos roba el pasado, pero añadiría que también se nos sustrae el futuro, en razón de que la inmediatez y fugacidad del dato, configura el aspecto que prepara el camino más seguro hacia una visión cada vez más insustancial y vacua, destinada a desrealizar lo real. La reclusión en el puro presente considerado como premura, al menos en lo que a las estimaciones sociales se refiere, es una manera elegante de legitimación del statu quo y de hacernos creer que estamos transitando por el único de los mundos posibles, aunque muchas veces se nos quiera mostrar lo contrario.
En verdad, detrás de esta postura existe una concepción acabada del mundo y de la vida que desembocan en lo que hemos llamado ideología, pero camuflada detrás de un positivismo tecnocrático que se atribuye el mérito de haber acabado con las otras ideologías, como alternativas de cambio. Esta posición se la conoce según los ambientes, como ingeniería social, en otros como tecnocracia y en una versión más popular ahora, como pensamiento globalizado. Posiblemente alguien que postula la ingeniería social le resultaría molesto que lo identificaran con los tecnócratas. Pero en el fondo tienen un origen común con algunas modificaciones de enfoque. En su acepción más general respiran el mismo aire: la asimilación de saber a lo técnico. Es una suerte de tecnificación del saber.
Hilando más fino, podemos decir que es uniformar el pensar en tanto pueda cuantificarse, las cosas son en tanto que cuantos. Lo que no cae dentro de esta categoría, no es; es decir, no tiene realidad. Que quede en claro, que lo antedicho no es una negación oscurantista, que postula una eliminación del pensamiento técnico científico; si no que pretende ser, un desenmascaramiento de una interpretación unilateral del mundo y de la vida, determinado a priori, afirmando como postulado verdadero, que el único camino a seguir es el pragmatismo. Karl Popper, refiriéndose a las ideologías dijo “Quien busca el cielo en la tierra, provoca el infierno en la tierra”. Lo que no queda claro, es si se refería a todas las ideologías, o si alguna de ellas quedaba fuera de esta apreciación.
Por: Héctor Cobas - hectorco@infovia.com.ar

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