EN BUSCA DE LA ECONOMÍA PERDIDA.....
A menudo escuchamos hablar a políticos y economistas de la necesidad que todo país tiene de corregir las cuestiones vinculadas a los desbalances en las distintas estructuras de la economía. Y es así pues no hay causa sin efecto: una economía en desequilibrio no permite la ejecución de las políticas proyectadas por un gobierno y genera, precisamente, lo que se busca combatir.
Así, hablamos de un equilibrio general cuando nos referimos a la confrontación entre los ingresos y los egresos de un gobierno y esta operación arroja un resultado positivo. Por supuesto, la cuestión no es tan simple como parece, pues si lo fuera, sería sencillo corregir cualquier desequilibrio, cosa que no siempre ocurre. Y es que en Economía, son numerosas las variables a tener en cuenta, muchas de las cuales no dependen ni de las acciones ni de las proyecciones de ministros y gobiernos. Pero dentro de las que si dependen de estos actores hay cuestiones que son de primordial importancia, como establecer la política económica.
Si entendemos por política económica al conjunto de las actuaciones económicas realizadas por el Gobierno y otros órganos del Estado (como pueden ser el Congreso, el Banco Central, los Ministerios y Secretarías, así como algunos organismos supranacionales) para alcanzar ciertos objetivos macroeconómicos , algunos de corto plazo, y otros de plazo mas largo, cuya consecución implica llevar adelante reformas estructurales e institucionales, es claro que la delimitación entre política coyuntural y política estructural será fundamental, tal y como Fernández Díaz, Parejo Gamir y Sáiz establecen en su manual de Política Económica (3°ed.Editorial McGraw-Hill).
En términos generales, hay tres cuestiones coyunturales, que desvelan a quienes dirigen los destinos económicos de un país: el equilibrio en la balanza de pagos, la estabilidad de precios y el llamado “pleno empleo”. Así las cosas, podemos observar que ese bendito balance es tan fundamental para que una economía sea sana como lo son los dos restantes. Por supuesto, la puesta en práctica de una política coyuntural no puede hacerse sobre la base de tres tipos diferentes de acciones o políticas, dirigidas a cada uno de estos fines, sino a través de un proceso complejo de interacción, donde habitualmente es la demanda agregada es el objetivo intermedio o la variable instrumental.
En cuanto al término política estructural, nos remite a problemas de fondo, cualitativos o de estructura, que requieren intervenciones temporalmente mas amplias y a menudo, cambios en instituciones, reglas, costumbres, leyes, etc, que son los condicionantes de las acciones de los agentes económicos.
Sin embargo, una definición que acompaña y complemente a las precedentes es la que plantea la dicotomía entre política de estabilización y política de desarrollo, las cuales implican y suponen los aspectos temporales y de objetivos, pero informan además los fines de la acción económica, en particular como esa tarea permanente que es la búsqueda de dar satisfacción a las necesidades humanas. Porque la economía es eso, no solo ciencia o campo de estudio, sino acción, práctica. Una acción que tiene como fin no solo asignar y distribuir recursos, sino hacerlo proveyendo la base material necesaria para la reproducción de la sociedad en el tiempo, mejorando las condiciones de vida de las personas, comprendiendo que la población mundial crece exponencialmente, y con ello las necesidades humanas.
El estudio de la economía en general, y de la Política económica en particular no tiene sentido si no tenemos en claro esos objetivos.
Así, hablamos de un equilibrio general cuando nos referimos a la confrontación entre los ingresos y los egresos de un gobierno y esta operación arroja un resultado positivo. Por supuesto, la cuestión no es tan simple como parece, pues si lo fuera, sería sencillo corregir cualquier desequilibrio, cosa que no siempre ocurre. Y es que en Economía, son numerosas las variables a tener en cuenta, muchas de las cuales no dependen ni de las acciones ni de las proyecciones de ministros y gobiernos. Pero dentro de las que si dependen de estos actores hay cuestiones que son de primordial importancia, como establecer la política económica.
Si entendemos por política económica al conjunto de las actuaciones económicas realizadas por el Gobierno y otros órganos del Estado (como pueden ser el Congreso, el Banco Central, los Ministerios y Secretarías, así como algunos organismos supranacionales) para alcanzar ciertos objetivos macroeconómicos , algunos de corto plazo, y otros de plazo mas largo, cuya consecución implica llevar adelante reformas estructurales e institucionales, es claro que la delimitación entre política coyuntural y política estructural será fundamental, tal y como Fernández Díaz, Parejo Gamir y Sáiz establecen en su manual de Política Económica (3°ed.Editorial McGraw-Hill).
En términos generales, hay tres cuestiones coyunturales, que desvelan a quienes dirigen los destinos económicos de un país: el equilibrio en la balanza de pagos, la estabilidad de precios y el llamado “pleno empleo”. Así las cosas, podemos observar que ese bendito balance es tan fundamental para que una economía sea sana como lo son los dos restantes. Por supuesto, la puesta en práctica de una política coyuntural no puede hacerse sobre la base de tres tipos diferentes de acciones o políticas, dirigidas a cada uno de estos fines, sino a través de un proceso complejo de interacción, donde habitualmente es la demanda agregada es el objetivo intermedio o la variable instrumental.
En cuanto al término política estructural, nos remite a problemas de fondo, cualitativos o de estructura, que requieren intervenciones temporalmente mas amplias y a menudo, cambios en instituciones, reglas, costumbres, leyes, etc, que son los condicionantes de las acciones de los agentes económicos.
Sin embargo, una definición que acompaña y complemente a las precedentes es la que plantea la dicotomía entre política de estabilización y política de desarrollo, las cuales implican y suponen los aspectos temporales y de objetivos, pero informan además los fines de la acción económica, en particular como esa tarea permanente que es la búsqueda de dar satisfacción a las necesidades humanas. Porque la economía es eso, no solo ciencia o campo de estudio, sino acción, práctica. Una acción que tiene como fin no solo asignar y distribuir recursos, sino hacerlo proveyendo la base material necesaria para la reproducción de la sociedad en el tiempo, mejorando las condiciones de vida de las personas, comprendiendo que la población mundial crece exponencialmente, y con ello las necesidades humanas.
El estudio de la economía en general, y de la Política económica en particular no tiene sentido si no tenemos en claro esos objetivos.
Por: Milena Barada
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