N°111 - AÑO 16 OCTUBRE/NOVIEMBRE/19 - FOTO: LUJAN SALOMÓN MADERO
EL HAMBRE
El escritor argentino, Martín Caparrós, viajó por la India, Bangladesh, Níger, Kenia, Sudán, Madagascar, Argentina, Estados Unidos, España, allí encontró a quienes por distintas razones, sequías, pobreza extrema, guerras, marginación, sufren hambre. También las historias de los que trabajan en condiciones muy precarias para paliarla, y las de los que especulan con los alimentos provocando hambre en tanta gente. Su libro “El Hambre” está hecho de sus historias.
Dice Martín Caparrós: “Si usted se toma el trabajo de leer este libro, si usted se entusiasma y lo lee en, digamos, 8 horas, en ese lapso se habrán muerto de hambre unas 8.000 personas: son mucho 8.000 personas. Si usted no se toma ese trabajo esas personas se habrán muerto igual, pero usted tendrá la suerte de no haberse enterado. O sea que probablemente, usted prefiera no leer este libro. Quizás yo haría lo mismo. Es mejor, en general, no saber quiénes son, ni cómo ni porque. (Pero usted sí leyó este breve párrafo en medio minuto; sepa que en ese tiempo sólo se murieron de hambre entre 8 y 10 personas en el mundo, y respire aliviado).”
El escritor argentino, Martín Caparrós, viajó por la India, Bangladesh, Níger, Kenia, Sudán, Madagascar, Argentina, Estados Unidos, España, allí encontró a quienes por distintas razones, sequías, pobreza extrema, guerras, marginación, sufren hambre. También las historias de los que trabajan en condiciones muy precarias para paliarla, y las de los que especulan con los alimentos provocando hambre en tanta gente. Su libro “El Hambre” está hecho de sus historias.
Dice Martín Caparrós: “Si usted se toma el trabajo de leer este libro, si usted se entusiasma y lo lee en, digamos, 8 horas, en ese lapso se habrán muerto de hambre unas 8.000 personas: son mucho 8.000 personas. Si usted no se toma ese trabajo esas personas se habrán muerto igual, pero usted tendrá la suerte de no haberse enterado. O sea que probablemente, usted prefiera no leer este libro. Quizás yo haría lo mismo. Es mejor, en general, no saber quiénes son, ni cómo ni porque. (Pero usted sí leyó este breve párrafo en medio minuto; sepa que en ese tiempo sólo se murieron de hambre entre 8 y 10 personas en el mundo, y respire aliviado).”
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